Crítica:El cine en la pequeña pantalla

Híbrido

Stanley Donen es una de las glorias del cine musical norteamericano. Baste con citar sólo tres de sus obras -Cantando bajo la lluvia, Siete novias para siete hermanos y Un día en Nueva York- para que su nombre quede automáticamente inscrito en la mejor, parte de la historia de este singular género de filmes, sin equivalente en ninguna otra cinematografía del mundo.Cuando, en los años sesenta, las comedias musicales clásicas fueron cediendo terreno y casi acabaron desapareciendo, Donen tuvo que buscarsu continuidad en otras fórmulas, y sobre todo en la comedia, dentro de la que ac...

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Stanley Donen es una de las glorias del cine musical norteamericano. Baste con citar sólo tres de sus obras -Cantando bajo la lluvia, Siete novias para siete hermanos y Un día en Nueva York- para que su nombre quede automáticamente inscrito en la mejor, parte de la historia de este singular género de filmes, sin equivalente en ninguna otra cinematografía del mundo.Cuando, en los años sesenta, las comedias musicales clásicas fueron cediendo terreno y casi acabaron desapareciendo, Donen tuvo que buscarsu continuidad en otras fórmulas, y sobre todo en la comedia, dentro de la que acabó convirtiéndose en un maestro indiscutible -Arabesco, Dos en la carretera, Charada- y muy original. En ellas Donen siguió empleando los peculiares ritmos de secuencia encontrados en sus despliegues musicales y logró hacer auténticos musicales con otros medios. Lo consiguió, a veces incluso con auténtica maestría. Hay, sobre todo en Charada y Arabesco, un tono de relato y de juego sólo posible en un maestro del musical.

Profundamente en mi corazón se emite mañana a las 21

45 por la segunda cadena.

Profundamente en mi corazón es una película híbrida de melodrama, comedia, opereta, género biográfico y comedia musical, realizada en el mejor momento de Donen, 1954. Es un filme brillante, muy bien realizado, con excelentes números, alguno de los cuales tiene el auténtico sello de Donen, y una buena interpretación. Pero es inevitablemente superficial. Divierte y, a ratos, cansa, a causa de que hay exceso de géneros, poca decantación.

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