Primera victoria del año del francés Prost y del turbo

GP de Suráfrica de fórmula 1El joven Alain Prost, primer piloto del equipo Renault y gran figura del automovilismo francés, ganó después de una carrera soberbia el Gran Premio de Suráfrica de Formula 1, primera prueba puntuable para el Campeonato del Mundo. Prost tuvo que detenerse a mitad de carrera para cambiar una rueda pinchada, cuando rodaba en cabeza.

La prueba estuvo precedida de un nuevo y grave conflicto entre la Federación Internacional (FISA) y los pilotos, resuelto finalmente gracias a la buena voluntad de éstos, según informan las agencias. Después de la carrera, pese a tod...

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GP de Suráfrica de fórmula 1El joven Alain Prost, primer piloto del equipo Renault y gran figura del automovilismo francés, ganó después de una carrera soberbia el Gran Premio de Suráfrica de Formula 1, primera prueba puntuable para el Campeonato del Mundo. Prost tuvo que detenerse a mitad de carrera para cambiar una rueda pinchada, cuando rodaba en cabeza.

La prueba estuvo precedida de un nuevo y grave conflicto entre la Federación Internacional (FISA) y los pilotos, resuelto finalmente gracias a la buena voluntad de éstos, según informan las agencias. Después de la carrera, pese a todo, la Federación Internacional decidió, de forma sorprenderte, sancionar a todos los pilotos y retirarles sus licencias.La primera prueba de un mundial que debe estar marcado por la supremacía de los motores con turbocompresor, los coches franceses Renault y el piloto Alain Prost, comenzó marcada por la polémica y el enfrentamiento entre la Federación Internacional y los pilotos. Un conflicto a tres bandas -federación, constructores y pilotos- larvado hace dos temporadas, que hizo explosión precisamente en el Gran Premio de España de 1980 y que provocó un retraso de tres meses en el comienzo de la pasada temporada. Pero que, tras la firma de los acuerdos de la concordia, parecía haber remitido.

La Federación Internacional parece dispuesta a controlar el complejo mundo del circo mucho más allá de los reglamentos técnico-deportivos. Y el conflicto desatado en Suráfrica por el control federativo de las superlicencias, únicas válidas para poder tomar parte en una carrera de fórmula 1, es una prueba más de ello. Porque el

trato del que ha hecho gala la FISA en dicha concesión ha soliviantado a los constructores, que quieren para sí la posibilidad de fichar a quienes quieran para formar parte de sus equipos, y, de rechazo, a los propios pilotos.

Después de muchas negociaciones entre las partes en conflicto, que motivaron la reducción de los entrenamientos, la carrera pudo finalmente disputarse. Sin embargo, terminada la misma, y ante la protesta oficial de los comisarios por los hechos sucedidos en los días precedentes, la Federación Internacional decidió sancionar a todos los pilotos con la retirada de sus respectivas licencias por un período indeterminado. Esta sorprendente medida cogió desprevenidos a los afectados quienes, tras mostrar públicamente su sorpresa, indignación y censurar gravemente a la FISA, manifestaron que el conflicto no terminará ahí.

Fallo de Nelson Picquet

La carrera supuso un gran triunfo para Alain Prost. El francés, que cumplirá veintisiete años justamente dentro de un mes, se colocó en segundo lugar prácticamente desde la salida, por detrás de su compañero René Arnoux. El campeón del mundo, el brasileño Nelson Piquet, falló estrepitosamente la salida, y poco después, mientras trataba de recuperar el tiempo perdido, se salió de la pista.

Durante catorce de las 77 vueltas de que constaba la carrera, Prost rodó escoltando a Arnoux. A partir de entonces, el primer piloto de Renault rebasó a su compañero de equipo y se alejó de éste y de todos sus restantes rivales sin que ninguno pudiera evitarlo.Pero cuando la carrera acababa de traspasar su punto medio, la rueda trasera izquierda del coche de Prost sufrió un reventón. El piloto francés pudo llegar hasta su box con la rueda totalmente destrozada, y allí sus mecánicos procedieron rápidamente al cambio de los cuatro neumáticos. Cuando al cabo de un minuto la operación hubo terminado y Prost se encontró de nuevo en la pista, su clasificación había descendido hasta la séptima posición. No le quedaba más remedio a Prost que, ayudado por su Renault con motor con turbocompresor, especialmente apto para un circuito tan alto y tan rápido como el de Kyalami -a casi 2.000 metros de altura sobre el nivel del mar, donde se rueda a un promedio de más de 220 kilómetros por hora-, y por sus ruedas de refresco, lanzarse a un ataque a la desesperada en lo que quedaba de carrera.

En las veinticinco vueltas que duró el ataque, Prost adelantó, sucesivamente, al austriaco Niki Lauda y al británico John Watson, sobre sendos McLaren, al Williams del finlandés Keke Rosberg, al francés Pironi -único Ferrari sobre la pista, al haber hecho explosión el motor del de Villeneuve, aunque el del francés siguió idéntica suerte poco después-, al argentino Carlos Reuteman y, finalmente, a su compañero de equipo René Arnoux, al final fue también superado por Lole cuando los neumátícos de su Renault estaban ya totalmente degradados.

En las últimas vueltas Lauda adelantó a Watson y a Rosberg, y cruzó la meta en cuarto lugar, tras Prost, Reuteman y Arnoux.

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