Automovilismo

Escándalo en las elecciones de la Federación

Un enorme escándalo cerró la primera fase de las complicadas elecciones en la Federación Española de Automovilismo y en sus diez regionales. De las cuatro regionales en las que se votó en la noche del martes -en las seis restantes, al haber candidatura única, no fue necesaria la votación-, en tres de ellas hubo escándalo e impugnación de los resultados.

En la votación que se produjo en Madrid para elegir al presidente de la Regional Centro, el problema surgió cuando, después de la votación personal, se pasó a la introducción en las urnas de los votos enviados por correo. Muchos de ello...

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Un enorme escándalo cerró la primera fase de las complicadas elecciones en la Federación Española de Automovilismo y en sus diez regionales. De las cuatro regionales en las que se votó en la noche del martes -en las seis restantes, al haber candidatura única, no fue necesaria la votación-, en tres de ellas hubo escándalo e impugnación de los resultados.

En la votación que se produjo en Madrid para elegir al presidente de la Regional Centro, el problema surgió cuando, después de la votación personal, se pasó a la introducción en las urnas de los votos enviados por correo. Muchos de ellos, pese a ser de votantes de provincias, estaban enviados desde Madrid, con la misma letra en las cartas y con números correlativos en los certificados de correos.Por si esto no fuese suficientemente sospechoso, apareció el voto por correo del delegado de la Federación Española, presente en la mesa electoral, quien, después de mostrar públicamente su sorpresa porque él no había enviado ningún voto, quiso que su rechazo, constase en acta.

Después del escándalo, el candidato teóricamente derrotado, Antonio Mut, impugnó el resultado, y manifestó públicamente que el hecho de que el teórico vencedor, Lucas Sainz, contara con el apoyo federativo permitía el envío por correo de papeletas con remitentes extraídos del censo electoral, sin conocimientos de éstos, al tener la Federación las papeletas en su poder.

En las elecciones de Galicia, el escándalo no fue menor, y los dos candidatos estuvieron a punto de llegar a las manos. Al parecer, 120 cartas enviadas a los votantes, con sus respectivas papeletas, no llegaron a su destino por cambio de domicilio de dichos votantes. Correos no devolvió las cartas a la Federación Española, sino a la Regional Gallega, cuyo presidente, Estanislao Reverter -expulsado en su día de la Española por ciertas irregularidades-, estaba fuertemente inclinado por uno de los dos candidatos, en cuya candidatura quería ser secretario (cargo remunerado).

Conocido el resultado, que daba como teórico vencedor al candidato de Reverter, y después de comprobar la posible irregularidad de la llegada de los votos por correo, el candidato derrotado presentó una impugnación alegando que esas 120 papeletas habían sido utilizadas indebidamente desde la Federación Regional Gallega en apoyo al otro candidato. La discusión posterior fue tan fuerte que los partidarios de una y otra candidatura estuvieron a punto de llegar a las manos.

En Cataluña, por su parte, también se produjo impugnación del resultado. El campeón de Europa de rallies, Antonio Zanini, que apoyaba a uno de los dos candidatos -Javier Brugué-, mostró su sorpresa al comprobar en el recuento de los votos una cifra inferior a las cartas certificadas que él mismo había controlado a través de su organización, y que contenían votos de apoyo a la candidatura de Brugué.

En la votación de la restante Federación Regional, la aragonesa, no hubo incidencias. Votó aproximadamente el 40% del censo -cifra sensiblemente igual a la de las otras tres federaciones-, y, de éste, el 66% apoyó la candidatura de Carlos Gracia.

En los próximos días, la junta electoral tendrá que resolver las impugnaciones, aunque bueno sería que dicha junta comprobase por su cuenta los votos enviados por correo, consultando a los supuestos remitentes si verdaderamente éstos habían enviado su voto.

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