El Atlético no pudo con el Huelva

Navarro tiene que agradecer a sus companeros de equipo la apatía con la que jugaron ante el Huelva. Ello le dio oportunidad para que su trabajo fuese constante y lucido. Una vez contó con la suerte -un disparo de Módigo se fue al palo-, pero en otras tuvo actuaciones soberbias, que evitaron una abultada derrota del Atlético.Carriega llegó al Atlético ya con una plantilla completa. Tiene el compromiso de que, por lo menos, el equipo no rinda menos que la pasada temporada, como él mismo manifestó al término del encuentro. En este trofeo Colombino se ha limitado a observar, esta vez desde el banq...

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Navarro tiene que agradecer a sus companeros de equipo la apatía con la que jugaron ante el Huelva. Ello le dio oportunidad para que su trabajo fuese constante y lucido. Una vez contó con la suerte -un disparo de Módigo se fue al palo-, pero en otras tuvo actuaciones soberbias, que evitaron una abultada derrota del Atlético.Carriega llegó al Atlético ya con una plantilla completa. Tiene el compromiso de que, por lo menos, el equipo no rinda menos que la pasada temporada, como él mismo manifestó al término del encuentro. En este trofeo Colombino se ha limitado a observar, esta vez desde el banquillo, de lo que son capaces sus nuevos jugadores. Y ha visto, esencialmente, que el conjunto no llega a puerta. En todo el partido, el Atlético intentó seis veces el remate a gol. El rival, en cambio, un Segunda División, desfondado por el esfuerzo del día antétior ante el Barcelona, que no tuvo siquiera el refuerzo de hombres de refresco, disfrutó de siete claras ocasiones para marcar, lo que supone llegar, al menos, una veintena de veces al área contraria en disposición de culminar lajugada con un remate.

Hugo Sánchez, esta vez, se quedó sin jugar. Había que probar a Marian en el eje del ataque -Cabrera también- había tenido su oportunidad el día anterior-, y luego fue Rubén Cano el que tuvo su oportunidad. El juego rojiblanco no mejoró, incluso, si se apura, fue a menos, porque Marcos acabó escandalosamente escondido en una media punta, posición en la que si no se trabaja es la más cómoda, y Ptdro Pablo estropeó todas las acciones ofensivas de la banda izquierda por su individualidad. Los hombres atléticos del centro del campo tampoco estuvieron muy inspirados en las tareas de creación y trataron de arropar a sus defensas, porque el Recreativo, más motivado que el Atlético para jugar al fútbol, apretó a veces muy seriamente. Cuando no lo hizo, el partido adquirió caracteres soporíferos. Una banda musical, interpretando sevillanas, evitó entonces que el público se durmiera.

Al final, la ovación al Huelva retrasó la bronca al Atlético, que sí se hizo manifiestacuando sus jugadores tomaron asiento en el campo para presenciar la final. El Atlético había sido el equipo que menos espectáculo ofreció y, además, el que mostró peor deportividad: dos partidos, dos expulsados.

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