Crítica:

Herman Melville y el "strip tease" para el fin de semana

Con el estreno en España de La isla encantada, inspirada en la novela Typee, de Herman Melville, comienza a las cuatro de la tarde, por el primer programa, el fin de semana televisivo. No es La isla encantada (1958) una de las mejores películas de su director, Allan Dwan. Penúltima de su carrera, indicaba ya la lógica decadencia de un hombre que había comenzado a realizar películas en la etapa del cine mudo y continuado incesantemente hasta la década de los sesenta.

Adjudican a Dwan las mejores interpretaciones de Douglas Fairbanks y de Gloria Swanson; todos los historiadores coinciden,...

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Con el estreno en España de La isla encantada, inspirada en la novela Typee, de Herman Melville, comienza a las cuatro de la tarde, por el primer programa, el fin de semana televisivo. No es La isla encantada (1958) una de las mejores películas de su director, Allan Dwan. Penúltima de su carrera, indicaba ya la lógica decadencia de un hombre que había comenzado a realizar películas en la etapa del cine mudo y continuado incesantemente hasta la década de los sesenta.

Adjudican a Dwan las mejores interpretaciones de Douglas Fairbanks y de Gloria Swanson; todos los historiadores coinciden, además, en citar al director como uno de los más injustamente desconocidos de la edad de oro del cine americano. Cuando realizó sus mejores trabajos no estaba aún de moda considerar al director en los términos en que hoy se valora; esa obligada modestia reduce a Dwan a una cita parcial y poco brillante. La película de esta tarde cuenta con una curiosa combinación de protagonistas: Dana Andrews, el flemático y poco expresivo protagonista de Laura, junto a la pizpireta y cursi intérprete de Siete novias para siete hermanos, Jane Powell.Musical se hará la programación cinemaiográfica esta noche con la emisión de Gypsy (1962), versión cinematográfica de un gran éxito de Broadway. que la censura española consideró pecadora, incluso diez años después de su realización, cuando, a regañadientes, autorizó su exhibición, mutiIándole fragmentos importantes. Es probable que la copia que Televisión emita hoy -a las diez de la noche, por la primera cadena- responda a la misma versión autorizada para la exhibición comercial, lo que, sin duda, como entonces, restará gran parte del poco interés que la película ya tenía.

No era Natalle Wood, a pesar de sus buenos esfuerzos, la actriz ideal para interpretar la vida de Gypsy Rose Lee, la mujer que inventó el strip tease, ese error de reparto hundió buena parte de los posibles aciertos de la puesta en escena de Mervin Le Roy, quien, de cualquier forma, supo compensarlo con la participación de la espléndida Rosalind Russell -magnífica «madre de la artista»- y el siempre eficaz Karl Malden.

Son también los actores secundarios de Ana Coulder, que se emitirá mañana, domingo, a las diez de la noche, por el segundo programa, el único atractivo de la película. La supuesta estrella Raquel Welch es quien soporta el protagonismo de la débil acción que el director, Burt Kennedy, no supo cómo conducir por caminos soportables. El erotismo de la actriz. muy en boga en 1971, tenía que ser mantenido en primer plano: un western que narra las aventuras de una mujer que quiere vemarse no daba pie, no obstante, a esas complacencias eróticas. El interés, pues, de esta emisión reside en el trabajo de Errist Borgrime, Christopher Lee, Diana Dors y Stroher Martin.

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