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Salvador Dalí.

"Tiempo al tiempo". Con esta frase enigmática, que sirve para temerlo o esperarlo todo, Iñigo Cavero, ministro de Cultura, intentó ayer, en un restaurante cántabro de Madrid, despejar las incógnitas que persisten sobre el pintor de Cadaqués. Cavero se refería a las relaciones que el artista mantiene con España, que consideraba normalizadas tras su pago a Hacienda de los impuestos que no había satisfecho; aseguró el miembro del Ejecutivo que los coqueteos observados por parte de Francia y la Unión Soviética para atraer la obra de Salvador Dalí no tendrán los efectos temidos por al...

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"Tiempo al tiempo". Con esta frase enigmática, que sirve para temerlo o esperarlo todo, Iñigo Cavero, ministro de Cultura, intentó ayer, en un restaurante cántabro de Madrid, despejar las incógnitas que persisten sobre el pintor de Cadaqués. Cavero se refería a las relaciones que el artista mantiene con España, que consideraba normalizadas tras su pago a Hacienda de los impuestos que no había satisfecho; aseguró el miembro del Ejecutivo que los coqueteos observados por parte de Francia y la Unión Soviética para atraer la obra de Salvador Dalí no tendrán los efectos temidos por algunos, y se sintió feliz al terminar su referencia al tema con aquella frase: "Tiempo al tiempo".Luego el ministro bromeó sobre la frecuencia con que algunos de sus directores generales salen en la Prensa y se regocijó recordando una anécdota en la que, indirectamente, era protagonista la mítica y desnuda ladi Godiva. Por cierto, lo que al ministro de Cultura le molesta es que le recuerden siempre su profunda afición por los caballos, "como si eso fuera algún delito. Ni es un delito", dijo el ministro, "ni es más caro tener caballos que poseer un yate o una canoa".