El Madrid cogió moral en el ensayo ante el Nottingham

El ensayo ante el Nottingham le sirvió al Madrid para coger moral cara a la final de la Copa de Europa, así como para comprobar el inesperado resurgimiento de Pineda, que en varias jugadas recordó al deslumbrante extremo que era en el Castilla, y que ya casi habíamos olvidado. San José sólo jugó un tiempo, con nota discreta. El partido se jugó con fuerza, hubo ráfagas de buen juego y oportunidades de gol en ambas porterías. El Madrid puso a Cortés sobre Francis, San José como lateral de recho, y Camacho en la media, sobre el peligroso escocés Robertson. Juanito se echaba hacia atrás para org...

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El ensayo ante el Nottingham le sirvió al Madrid para coger moral cara a la final de la Copa de Europa, así como para comprobar el inesperado resurgimiento de Pineda, que en varias jugadas recordó al deslumbrante extremo que era en el Castilla, y que ya casi habíamos olvidado. San José sólo jugó un tiempo, con nota discreta. El partido se jugó con fuerza, hubo ráfagas de buen juego y oportunidades de gol en ambas porterías. El Madrid puso a Cortés sobre Francis, San José como lateral de recho, y Camacho en la media, sobre el peligroso escocés Robertson. Juanito se echaba hacia atrás para organizar, junto con Stielike, el juego de ataque, y tras unos primeros minutos de desconcierto, en los que el Madrid estuvo a punto de encajar algún gol, se asentó pronto. Varias subidas de Angel por la banda izquierda, y el buen trabajo general hicieron que el Madrid dominara y consiguiera merecidamente su primer gol y rozara el segundo en varias ocasiones, la más clara de ellas en un penalti bastante bien lanzado por Juanito, pero detenido espectacularmente por Schilton.

La segunda mitad fue más vistosa. Se marchó San José, para que Camacho pasara al puesto de lateral e ingresara García Hernández en la media, y en la delantera Isidro dejó el puesto a Pineda. García Hernández lució su calidad en muchas jugadas y dio un tono más brillante al equipo. Pero él hombre de la noche fue Pineda, en quien se pudo ver de nuevo la audacia para encarar y la facilidad para desbordar por las dos alas que se le conocía en el Castilla. Puso en pie al público y marcó un golazo.

El Nottingham buscó con ahínco el gol del honor hasta el último minuto, y aunque realizó jugadas valiosas se encontró con un Agustín que acreditó forma y ganas como para entusiasmar al público. Al final, a pesar de la lluvia, el aficionado se marchó contento y echando sus cuentas para la final del 27.

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