Se configura una tendencia "crítica" con el 25% del Comité Central del partido comunista

El pleno del Comité Central del Partido Comunista de España (PCE), que concluyó ayer las sesiones iniciadas hace tres días en Madrid, ha tenido dos consecuencias de gran importancia para el futuro inmediato del partido: la configuración definitiva de la tendencia denominada crítica, integrada por veintiséis de los cien miembros del Comité Central y caracterizada por su demanda de renovación y democratización interna, y las nuevas relaciones con el PSUC, que a partir de ahora va a tener que acatar, con carácter vinculante, las decisiones que adopte el congreso del PCE.

Uno de los grandes...

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El pleno del Comité Central del Partido Comunista de España (PCE), que concluyó ayer las sesiones iniciadas hace tres días en Madrid, ha tenido dos consecuencias de gran importancia para el futuro inmediato del partido: la configuración definitiva de la tendencia denominada crítica, integrada por veintiséis de los cien miembros del Comité Central y caracterizada por su demanda de renovación y democratización interna, y las nuevas relaciones con el PSUC, que a partir de ahora va a tener que acatar, con carácter vinculante, las decisiones que adopte el congreso del PCE.

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Uno de los grandes temas del orden del día, la expulsión del Comité Central del dirigente obrero Francisco García Salve, quedó aplazado para la sesión prevista para antes del décimo congreso, cuya fecha ya ha quedado definitivamente fijada para los próximos días 28, 29, 30 y 31 de julio. El cura Paco continúa, pues, en el partido gracias a una enérgica intervención de Cristina Almeida, que solicitó una votación secreta por mayoría absoluta, y que no pudo efectuarse por falta de quórum.García Salve, en su defensa, argumentó que él, efectivamente, no era eurocomunista, sino simplemente comunista, pero que si por esa razón merecía ser expulsado, «no comprendo», dijo, «,cómo no se ha expulsado también a todo el PSUC, o al propio Santiago Carrillo, cuando declaró en un viaje que realizó a Norteamérica, seis meses antes del noveno congreso, que el PCE ya no era leninista, en clara contradicción con la ideología política del partido en aquellos momentos».

A pesar de la lógica del argumento de García Salve, éste manifestó su convencimiento de que «la próxima vez si me van a expulsar, porque yo no tengo nada que ver ideológicamente con la inmensa mayoría de los miembros del Comité Central». También empleó el prosoviético García Salve el razonamiento de que en el PCE no hay democracia interna, «y eso no se puede tolerar». Al ser preguntado por EL PAIS que otro sector del partido se quejaba de lo mismo, y, sin embargo, era profundamente eurocomunista, García Salve dijo que ellos soñ demócratas, pero no comunistas.

Los críticos del PCE, o los demócratas no comunistas, según el cura Paco, han conseguido durante estos días importantes logros, entre ellos la posibilidad de que vuelvan a crearse organizaciones profesionales, «en determinados casos». Esta circunstancia podría resolver el tremendo malestar suscitado entre los intelectuales del partido a raíz de la prohibición de dichas organizaciones, una de cuyas consecuencias fue el abandono masivo en la militancia. Igualmente, a través de una enmienda presentada por el secretario general de los comunistas vascos, Roberto Lertxundi, se consiguió una mayor autonomía para los partidos nacionalistas y regionales a la hora de elaborar sus líneas de actuación política.

El sector "crítico" del PCE

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La configuración de este grupo homogéneo ha podido `constatarse en este pleno del Comité Central, a juzgar por el número de votos que apoyaban las enmiendas presentadas por los miembros más representativos de este sector, Roberto Lertxuridi, Julio Segura, Pilar Brabo o Alfredo Tejero. Nombres como el de Ramón Tamames, Juan Infante, Solé Tura, Antonio Gutiérrez, Jordi Cunill, Emérito Bono, Ernest Garcia, Angel Guerreiro, Manuel Azcárate, Carlos Zaldivar, Sigfrido Domingo, Amparo Rubiales, o los hermanos Javier y Fernando Pérez Rojo, entre otros, se encuentran integrados en esta corriente de eurocomunistas críticos.Finalmente, se aprobó también la creación de la figura de los vicesecretarios generales, con una enmienda, también de los críticos, mediante la cual será el Comité Central quien delimite sus competencias y funciones. Esta cuestión ha levantado gran suspicacia en el partido, puesto que no son pocos los que temen que el vicesecretario general sería el sustituto de Santiago Carrillo, con connotaciones de valido.

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