El Atlético, eliminado en la Copa

El Atlético de Madrid quedó eliminado ayer del torneo de Copa en octavos de final. Su temporada concluyó un 5 de mayo, y hoy emprenderá viaje a México para jugar allí una serie de partidos. El mal juego que ha exhibido últimamente no ha sido óbice para que trate aún de sacar una rentabilidad económica a la plantilla. El Rayo, en cambio, tiene que atender aún serios compromisos oficiales.Que el Atlético no fuera ayer ca paz de levantar una eliminatoria con toda una segunda parte por delante -tras una primera nefasta- en la que un gol era suficiente para forzar la prórroga, habla por sí solo de ...

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El Atlético de Madrid quedó eliminado ayer del torneo de Copa en octavos de final. Su temporada concluyó un 5 de mayo, y hoy emprenderá viaje a México para jugar allí una serie de partidos. El mal juego que ha exhibido últimamente no ha sido óbice para que trate aún de sacar una rentabilidad económica a la plantilla. El Rayo, en cambio, tiene que atender aún serios compromisos oficiales.Que el Atlético no fuera ayer ca paz de levantar una eliminatoria con toda una segunda parte por delante -tras una primera nefasta- en la que un gol era suficiente para forzar la prórroga, habla por sí solo de la ineficacia del juego local. El Rayo no se entregó nunca pero pasó por momentos difíciles Había concedido un gol porque se relajó al término del primer tiempo y se encontró con otro más por un penalti que Benito intentó que no se viera mucho. El rival del Atlético era entonces un equipo debilitado en su moral, incapaz de aguantar el balón más allá del centro del campo contrario y, sin embargo, salvó la eliminatoria al final sin grandes agobios.

Arteche tuvo por dos veces la oportunidad de lograr el tercer gol para el Atlético -todos los hombres altos del equipo buscaron el gol de cabeza-, pero también el Rayo, con sus dos puntas habilidosos, rozó el gol, especialmente en la primera parte, con lo que la eliminatorio hubiese quedado sentenciada. Faltó remate en el Rayo para culminar las acciones de sus buenos delanteros, que contaron con todas las facilidades por parte de Julio, porque en la estrategia de Eduardo González tuvo prioridad el arropar la línea defensiva para así jugar con mayor tranquilidad.

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