Althausser no será juzgado por el asesinato de su esposa

El juez parisiense que realizó la instrucción sobre la estrangulación de la mujer del filósofo Louis Althusser, liberó ayer completamente a este último de toda responsabilidad. Según el juez encargado de instruir el asunto «por homicidio voluntario», el filósofo, profesor y dirigente de la Escuela Normal Superior se encontraba «en estado de demencia en el momento de los hechos».Althusser, de 63 años de edad, había estrangulado a su mujer, diez años mayor que él. Tras el suceso, él mismo telefoneó al director del centro para anunciárselo. A pesar de ello se negaron a admitir el hecho. Althusser...

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El juez parisiense que realizó la instrucción sobre la estrangulación de la mujer del filósofo Louis Althusser, liberó ayer completamente a este último de toda responsabilidad. Según el juez encargado de instruir el asunto «por homicidio voluntario», el filósofo, profesor y dirigente de la Escuela Normal Superior se encontraba «en estado de demencia en el momento de los hechos».Althusser, de 63 años de edad, había estrangulado a su mujer, diez años mayor que él. Tras el suceso, él mismo telefoneó al director del centro para anunciárselo. A pesar de ello se negaron a admitir el hecho. Althusser, desde hacía varios años, padecía crisis de demencia, y parece ser que su vida conyugal jugó un papel en sus desequilibrios.

La opinión pública se dividió en dos bandos al analizar el homicidio de Althusser: mientras una mayoría veló los hechos en la medida de lo posible, por considerar que así lo merecía el más brillante filósofo comunista francés, algunos órganos de la Prensa situaron a Althusser a la altura de cualquier ciudadano homicida. Este mismo debate es posible que ahora se repita. Ayer, la Prensa escrita no alcanzó la noticia, pero las emisoras de radio y la televisión se limitaron a anunciarla escuetamente. El editorialista del diario independiente Le Quotidien de Paris nos adelantó las conclusiones que publica esta misma manana: «Es demasiado probable que de no haber ejercido abusivamente sus funciones (de profesor de la escuela) durante tantos años, su estado mental no le hubiese conducido a las consecuencias de la locura. Lo único que queda ya es tristeza, piedad y olvido».

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