Prisioneros iraquíes rezan en Teherán.

Un grupo de prisioneros iraquíes, algunos de ellos pilotos de aviones Mig, en el patio de la Universidad de Teherán, adonde fueron llevados ayer para participar en las oraciones del viernes, fiesta religiosa musulmana. Doce días después de su inicio, el conflicto entre Irak e Irán parece convertirse en una larga guerra de desgaste con las perspectivas de negociación más lejanas que nunca. Mientras que Bagdad anunció ayer que las fuerzas iraquíes se limitarán a conservar las posiciones ya adquiridas sobre el terreno -sus soldados no han logrado capturar ninguna ciudad clave del Juzestán-, Teher...

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Un grupo de prisioneros iraquíes, algunos de ellos pilotos de aviones Mig, en el patio de la Universidad de Teherán, adonde fueron llevados ayer para participar en las oraciones del viernes, fiesta religiosa musulmana. Doce días después de su inicio, el conflicto entre Irak e Irán parece convertirse en una larga guerra de desgaste con las perspectivas de negociación más lejanas que nunca. Mientras que Bagdad anunció ayer que las fuerzas iraquíes se limitarán a conservar las posiciones ya adquiridas sobre el terreno -sus soldados no han logrado capturar ninguna ciudad clave del Juzestán-, Teherán informó que su Ejército había retomado la localidad fronteriza de Manran y expulsado al enemigo de los barrios que ocupaba en la ciudad portuaria de Jorranishar. En el plano diplomático, Irán denunció el apoyo de los Emiratos Arabes y «países feudales» del golfo Pérsico al régimen iraquí. El rey Hussein de Jordanla anunció que su país intervendría militarmente junto a Irak si fuese necesario. El ministro iraquí de Asuntos Exteriores, Saadoun Harnmadi, dijo ayer en Nueva York, ante la Asamblea General de la ONU, que su país no es responsable del conflicto armado con Irán.

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