Gallego, de imitador centrocampista de Velázquez a sustituto de Pirri como "libero"

Un muchacho de veintiún años, nacido en Chamberi y criado en la Puerta del Angel, está llamado a cubrir el hueco que deja Pirri en el Madrid. Se llama Gallego, era el cerebro del sorprendente Castilla que hace pocos meses llegó a la final de Copa, y Boskov ha decidido, tras varios ensayos, confiarle el puesto de libero que deja vacante Pirri. El viernes, ante el Benfica, la afición podrá juzgarle.

Ricardo Gallego Redondo es madridista desde toda la vida. Su padre es socio del Madrid «con un número bajo, de cuatro cifras», y desde los tres años le llevaba al Bernabéu: «Y la verdad es que...

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Un muchacho de veintiún años, nacido en Chamberi y criado en la Puerta del Angel, está llamado a cubrir el hueco que deja Pirri en el Madrid. Se llama Gallego, era el cerebro del sorprendente Castilla que hace pocos meses llegó a la final de Copa, y Boskov ha decidido, tras varios ensayos, confiarle el puesto de libero que deja vacante Pirri. El viernes, ante el Benfica, la afición podrá juzgarle.

Ricardo Gallego Redondo es madridista desde toda la vida. Su padre es socio del Madrid «con un número bajo, de cuatro cifras», y desde los tres años le llevaba al Bernabéu: «Y la verdad es que ya me gustaba. Me estaba quieto, mirando, mientras dos primos míos, a los que también les llevaban, corrían por las gradas y armaban revuelo». A los seis años, ya le hicieron socio, y cuando Velázquez llegó al primer equipo del Madrid decidió que el fútbol era su vocación: «Yo iba al fútbol a ver jugar a Velázquez, y luego, en el colegio, trataba de repetir lo que él hacía».Pronto comenzó a parecerse tanto a Velázquez que el equipo del colegio se le quedó pequeño: «En el año 1972 presenté una instancia en el Madrid para pasar una prueba. Me llamaron al año siguiente y me cogieron. Desde entonces he ido progresando, poco a poco, dentro de la casa: infantiles, juveniles, aficionados y Castilla».

En el Castilla ha estado tres temporadas. La última de ellas fue coprotagonista de la machada del equipo, que dejó fuera de la Copa al Athlétic, la Real y el Spórting, y llegó a la final de Copa: «Eso ocurrió porque en el Castilla hay una calidad impresionante. Todos los jugadores del equipo están en condiciones de saltar al Madrid. No hubo milagros ni casualidad. En la Liga no nos salimos de la tabla porque el fútbol de Liga es distinto; cada uno sale a cerrarse y terminas aburrido.

Para Gallego, esos meses de la Copa son inolvidables: «No sé lo que será de mí en el futuro. Puedo fracasar o puedo tirarme en el Madrid dieciséis años. Pero esté el tiempo que esté, y lleguen los triunfos que lleguen, yo no creo que disfrute nunca el fútbol como lo disfruté en esas eliminatorias, y nunca olvidaré los compañeros del Castilla. Creo que siempre tendré la nostalgia de ese equipo, que inevitablemente se ha roto».

De todo aquel impresionante Castilla, sólo tres jugadores: el portero Agustín («3.000 veces mejor que el mismísimo Arconada», en palabras de Gallego), el extremo Pineda y el propio Gallego han pasado al Madrid. Y de los tres, sólo éste, y después de varios ensayos, parece llamado a tener un puesto en el primer equipo: «Es que es muy difícil entrar en el Madrid. Yo, de verdad, creo que los once valen, pero hay que entender que a un entrenador le cueste trabajo mover un equipo con el que ha ganado los dos títulos. Y además, si eres de la casa, te tienen muy visto, y piensan más en tus defectos que en tus virtudes. Cualquiera que venga de fuera pude tener más oportunidades. De todas formas, ya es un indicio que el Madrid este año no haya comprado a nadie, y se haya limitado a gente de la casa para los refuerzos. Pero es indudable que en el fútbol español hay un pecado general: se tarda mucho en dar oportunidades a los jóvenes».

De cerebro a líbero

El viernes, ante el Benfica, hará una difícil presentación ante ese público del que él formaba parte aún no hace muchos años, cuando acudía cada domingo a llenarse los ojos con el fútbol de Velázquez: «Yo a lo que tengo miedo es a que me comparen con Pirri, porque yo no soy Pirri, no tengo esa capacidad que tenía él para irse al remate, arrastrar al equipo y levantar al público. Yo soy un jugador joven, que tiene fe, que se siente capaz de jugar en el Madrid, pero con un estilo propio. Yo sé que mis companeros confian en mí, y yo me siento a gusto en el equipo, pero cargar con el número de Pirri y entrar en un equipo que es el mismo del año pasado, con su sola falta, es un poco difícil, porque el público, por lógica, esperará ver en mí a Pirri, y eso no puede ser».Y Gallego no se parece a Pirri. Más bien, a Velázquez. A él le hubiera gustado jugar con el «diez», de mandamás en el centro del campo..., si el fútbol siguiera siendo como era hace diez años: «Eso de cerebro cada vez está más difícil. Ya no queda gente como Suárez, Rivera o Velázquez, porque antes podías controlar el balón, levantar la cabeza y lanzar, y ahora ya no puedes. Ahora, cuando te viene el balón, te viene al mismo tiempo una patada, y tienes que controlar, entregar y saltar al mismo tiempo, y en esas condiciones la calidad no siempre puede quedar a flote. Con el fútbol de hoy, el de libero puede ser mi puesto, porque cuentas con unos metros libres para salir y armar la jugada. Y yo, además, he procurado ponerme al día, coger fuerza, aprender a disputar el balón. Cuando hay que entrar al balón, entro, y cuando hay que disputarlo de cabeza, lo disputo. En el fútbol de hoy hay que partir d e una base: tienes que correr más rápido y durante más tiempo que el contrario, y sin eso no eres nada. Yo he procurado amoldarme y parece que lo voy consiguiendo».

Boskov ha dudado a la hora de adjudicar el puesto de libero. García Navajas, Benito, Del Bosque, Gallego... Finalmente se ha decidido por éste. Ayer mismo comentaba: «Tiene calidad y sólo le falta un poco de genio para disputar el balón en corto. Pero, tras los ensayos, creo que es el que mejor puede resultar». Amancio, que fue su entrenador en los juveniles, defiende que desde hace tiempo debería estar jugando en el Madrid y en la selección. Su padre está loco de alegría al verle jugar en el equipo de sus amores. Y él se mantiene tranquilo, seguro de sus posibilidades y convencido de que la oportunidad que le dan le bastará para quedarse en el equipo durante mucho tiempo. Aunque sea con la camiseta de Pirri, y no con la de Velázquez.

Presentación del Trofeo Bernabéu

El Madrid presentó ayer a los medios informativos el Trofeo Bernabéu, cuya segunda edición se disputa este fin de semana. El viernes, a las 21.45 horas,jugarán el Madrid y el Benfica. El sábado, a la misma hora, Bayern y Dinamo de Kiev. El domingo, a las 19.30 horas se disputará el partido por el tercer y cuarto puesto, y a las 21.15 horas, la final.La intención del Madrid era la de contratar para este torneo a equipos con un peso en la historia de la Copa de Europa. El año pasado, a la primera edición, acudieron Milán, Bayern de Munich y Ajax. Este año repite el Bayern, que ganó la anterior edición, y viene el Benfica, otro equipo con gran historial en la Copa de Europa, pero los intentos de completar el cartel con el Inter, Manchester, Nottingham y Liverpool fracasaron.

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