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Como

era de suponer, y las estadísticas en este caso se encargan de afirmar lo obvio, las jóvenes chinas son como gran parte de las jóvenes de todo el mundo. Las estadísticas, en este, caso, nacen de una encuesta cuya intención era la de descubrir diferencias que ahora se manifiestan como inexistentes. Las chicas chinas, en efecto, sueñan con tener un novio «alto, guapo y con dinero». Fiel a las opiniones expresadas por sus lectoras, el Diario de los Trabajadores, de Pekín, ha certificado esta tendencia y ha añadido que la pretendienta china desea que su compañero aporte al matrimonio un bue...

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era de suponer, y las estadísticas en este caso se encargan de afirmar lo obvio, las jóvenes chinas son como gran parte de las jóvenes de todo el mundo. Las estadísticas, en este, caso, nacen de una encuesta cuya intención era la de descubrir diferencias que ahora se manifiestan como inexistentes. Las chicas chinas, en efecto, sueñan con tener un novio «alto, guapo y con dinero». Fiel a las opiniones expresadas por sus lectoras, el Diario de los Trabajadores, de Pekín, ha certificado esta tendencia y ha añadido que la pretendienta china desea que su compañero aporte al matrimonio un buen juego de muebles, con sofá incluido, una máquiña de coser y un reloj. No falta en esta lista la bicicleta. Se añaden, para desesperación de los contrarios a los objetos de consumo, la máquina fotográfica y el vestuario propio para las cuatro estacíones. Deben tener los novios de las chinas una altura cercana al 1,80 y apariencia atlética.

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