MOSCU 80

España estará cerca de las medallas en los deportes náuticos

La vela y el piragüismo son dos de los deportes en los que España cuenta con más posibilidades de conseguir una medalla en los Juegos Olímpicos de Moscú. El remo, según palabras de su propio presidente, podría estar en la final de cuatro con timonel y cuatro scull. Es evidente que el Comité Olímpico Español ha dado toda clase de facilidades para que la representación española, que sale hoy para Moscú, en su mayoría (salvo el baloncesto y estos tres deportes), sea importante, siempre a nivel exclusivamente deportivo. En los deportes náuticos las posibilidades son evidentes.

El deporte de...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La vela y el piragüismo son dos de los deportes en los que España cuenta con más posibilidades de conseguir una medalla en los Juegos Olímpicos de Moscú. El remo, según palabras de su propio presidente, podría estar en la final de cuatro con timonel y cuatro scull. Es evidente que el Comité Olímpico Español ha dado toda clase de facilidades para que la representación española, que sale hoy para Moscú, en su mayoría (salvo el baloncesto y estos tres deportes), sea importante, siempre a nivel exclusivamente deportivo. En los deportes náuticos las posibilidades son evidentes.

El deporte de la vela es uno de los que más glorias ha proporcionado al olimpismo español en su corta lista de triunfos. La vela figura en los Juegos desde 1900, y en lo que se refiere a España hay que decir que los éxitos comenzaron de la mano de Santiago Amat, que consiguió una medalla de bronce en Los Angeles, en 1932. Después hay que trasladarse hasta 1976 (Montreal), donde Antonio Gorostegui y Pedro Millet lograron medalla de plata en 470.Curiosamente, y pese a los éxitos conseguidos, la representación española es la más reducida desde los Juegos de Tokio. A México acudieron diecisiete; a Munich, dieciséis, y a Montreal, catorce. A Moscú tan sólo irán doce personas. Como jefes del equipo figuran Fernando Bolín y Juan M. Alonso Allende. El entrenador es Paul Maes, y los nueve hombres que buscarán subirse al podio son éstos: José Luis Doreste (clase finn), que tiene 22 años, cursa su último año de Medicina y nació en Las Palmas. Fue subcampeón del mundo juvenil en solitario en 1974, séptimo en los Juegos de Canadá, subcampeón del mundo en 1978, quinto en 1979 y cuarto en 1980.

En clase 470 estarán Gustavo Doreste, también de Las Palmas, dos veces campeón juvenil del mundo, y Alfredo Rigau. Un quinto puesto sería un notable éxito, pero un séptimo tampoco se podría considerar fracaso. En cualquier caso, ambas cosas no significa que se pueda mejorar esas posiciones.

Alejandro Abascal y Miguel Noguer intervendrán en clase flying dulchman. El primero es licenciado en Ciencias Físicas y tiene 27 años, y el segundo está empeñado en ser médico. Abascal fue campeón del mundo de vaurien y rozó ya la medalla en Montreal.

En clase star, Antonio Gorostegui y J. M. Benavides tienen menos posibilidades, en cuanto a los primeros puestos se refiere. Sin embargo, es justo señalar que Gorostegui fue campeón del mundo de 470 en el año 1974, dos veces campeón juvenil del mundo y medalla de plata en los últimos Juegos, en la clase 470.

Remo

La representación española intervendrá en cuatro con timonel, doble scull, dos sin timonel y cuádruple scull. La expedición viajó con satisfacción -por carretera, como los piragüistas, con el material-, y su presidente, Félix Erdocia, al que han aprobado la asistencia de trece remeros, ha manifestado que «ya se acabaron los tiempos de viajar por turismo», lo que de alguna manera deja en entredicho lo que hasta ahora se hacía en este aspecto.

Por otro lado, hay que significar que el remo español atraviesa por un gran momento, según manifestó Pedro Abréu, jefe del equipo para estos Juegos.

Hay que hacer constar que en España hay unas 4.000 licencias federativas y que se practica principalmente en Guipúzcoa, Vizcaya, Santander y la zona andaluza.

Piragüismo

Quizá el protagonista, en cierto modo triste protagonista, del piragüismo sea el ceutí José Ramón Díaz-Flor, que decidió no acudir a los Juegos. Por su ausencia, no habrá K-4 español en Moscú. Díaz-Flor piensa que el K-4 no, cuenta con muchas posibilidades y no le apetece un papel que pueda, según él, empañar su historial.

Sin embargo, hay muchas esperanzas en el K-2 sobre mil metros, más que en quinientos, lo que no niega Manuel Fonseca, presidente de la federación, si bien es verdad que siempre ha sido un presidente que no suele curarse en salud. Esto no quiere decir, de todas formas, que no tenga los pies en la tierra, y pese (por citar un ejemplo) a que en ese clásico K-4 España fue campeona del mundo, medalla de plata en Montreal y a que consiguió dos medallas de bronce en Sofía, apunta un dato tan elocuente como real: mientras en la Unión Soviética, anfitrión de los actuales Juegos, hay 60.000 licencias, en esta modalidad en España tan sólo contamos con 5.000, lo que permite calificar de milagro el historial piragüístico español.

Guillermo del Riego (500 K-2), Luis Ramos Misioné (1.000 K-2), Santos Magaz (500 C-2 y 1.000 C-2), Herminio Menéndez (500 K-2 y 1.000 K-2), Narciso Suárez (500 C-2 y 1.000 C-2) defenderán el piragüismo español en Moscú, con Eduardo Herrero y Vicente Rasueros como entrenadores.

Archivado En