Samaranch podría ser el único candidato a la presidencia del Comité Olímpico Internacional

Juan Antonio Samaranch, presidente de la comisión de prensa del Comité Olímpico Internacional, podría ser el único candidato a la presidencia del máximo organismo deportivo mundial. Sus máximos rivales se piensa que no presentarán su candidatura a la sustitución de lord Killanin, en función de las escasas posibilidades que tienen al haber declarado el boicoteo a los Juegos sus respectivos países. Daume, alemán; Cross, neozelandés, y Worral, canadiense, es muy probable que renuncien a sus aspiraciones. El suizo Holder es, por el momento, el único supuesto adversario de Samaranch.Según las últim...

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Juan Antonio Samaranch, presidente de la comisión de prensa del Comité Olímpico Internacional, podría ser el único candidato a la presidencia del máximo organismo deportivo mundial. Sus máximos rivales se piensa que no presentarán su candidatura a la sustitución de lord Killanin, en función de las escasas posibilidades que tienen al haber declarado el boicoteo a los Juegos sus respectivos países. Daume, alemán; Cross, neozelandés, y Worral, canadiense, es muy probable que renuncien a sus aspiraciones. El suizo Holder es, por el momento, el único supuesto adversario de Samaranch.Según las últimas previsiones, el ambiente entre los miembros del COI hacia los presuntos candidatos es desfavorable. Sólo Samaranch, por las buenas relaciones que ha mantenido durante años con bloques importantes del COI, se perfila como hombre con grandes posibilidades de triunfo.

Según las estimaciones de los expertos en el tema, Samaranch cuenta, con toda seguridad, con más de cuarenta votos de los 78 que podrán ser emitidos. Dada esta posición desde el punto de partida, todo hace prever que miembros del COI que tenían comprometido su voto con otros candidatos, si éstos finalmente, como se espera, renuncian a la elección, el embajador de España en Moscú aumentará notablemente el número de votos favorables, lo que puede convertirle en presidente en el primer escrutinio.

Juan Antonio Samaranch, además de su propio voto y el del barón De Güell, cuenta en Europa occidental con el apoyo de Dinamarca, Bélgica, Holanda, Francia e Italia. En Africa son suyos los votos de habla francesa, y sus más firmes apoyos los tiene en esa zona en Marruecos, Tunicia, Senegal y Líbano. El bloque de influencia soviética, que está alrededor de los diez votos, es totalmente partidario de Samaranch. Y toda Latinoamérica, encabezada por el brasileño Joâo Havelange, no le dará los votos a otro candidato que no sea Samaranch. Los votos asiáticos, que no siguen las directrices inglesas, son probablemente también para el representante español.

Samaranch no puede contar con Estados Unidos, Inglaterra, Suecia y Alemania, ni con los votos que estos países manejan, pero si a la hora de la elección solamente acompaña a Samaranch el suizo Holder, puede producirse un reparto de votos.

El mayor problema de la elección y no se descarta la posibilidad miembros del COI, empujados por Willy Daume, de aplazar la elección y no se descarta la posibilidad de que esta tesis encuentre apoyo por las circunstancias tan especiales que se han dado en estos Juegos. Pero, con todo, esta maniobra puede ser contestada, dado que posponer la elección supondría una modificación sustancial en los estatutos del COI. En esta cuestión radicará la defensa de los partidarios de Samaranch para que la elección se lleve a cabo.

Inauguración del congreso del COI

En la imponente sala del teatro Bolshol de Moscú, se inauguró esta tarde la 83ª sesión del Comité Olímpico Internacional (COI), que durará hasta el viernes de esta semana y en la que se decidirá cuál es el nuevo presidente del movimiento olímpico mundial.En el orden del día de la reunión figuran también informes de las comisiones especiales del COI, examen de los resultados de los Juegos Olímpicos de Invierno-80, disputados en Lake Placid, e informes del Comité Organizador de Moscú-80 y de la Olimpiada de 1984, amén de cambios en las reglas vigentes del COI.

En el acto inaugural hablaron Serguei Paulov, presidente del Comité Olímpico de la URSS; el presidente del COI, lord Killanin, y el vicepresidente primero del Soviet Supremo de la URSS, Vasili Kuznietsov.

Lord Killanin ha decidido pasar el testigo de su presidencia, tras un mandato de ocho años -sucedió al norteamericano Avery Brundage-, en los que el movimiento olímpico ha pasado por pruebas muy duras. Su sucesor, que será el séptimo presidente del COI desde su fundación, no tiene en perspectiva un trabajo fácil. De hecho, el mandato del lord irlandés no terminará sino cuando se extinga la llama olímpica, el próximo 3 de agosto.

El boicoteo a los Juegos decretado por el presidente norteamericano, Jimmy Carter. impedirá que el duelo URSS, Alemania occidental, EE UU -las tres principales potencias deportivas- tenga lugar.

Quizá haya decidido a lord Killanin al abandono del cargo el escaso éxito logrado en mayo último al tratar de mediar entre Carter y Leonidas Breznev, principal mandatario soviético. La mayoría de observadores creen que el actual embajador de España en la URSS, Juan Antonio Samaranch, parece el sucesor mejor colocado para el cargo, que durante veintiocho años ha estado personificado por presidentes anglosajones, el norteamericano Brundage, de 1952 a 1972, y desde esa fecha hasta ahora Killanin.

La entrega de candidaturas se cierra hoy, martes, por la tarde, y se espera que no salga adelante la propuesta del paquistaní Wajid Ali, de que se posponga la elección, dado que necesita la aquiescencia de dos tercios de los votantes.

Algunos aventuran que Samaranch podría ser elegido en la primera vuelta del escrutinio, pero el propio embajador no está ni mucho menos seguro de ello, según impresiones recogidas por Efe. Para ello, le bastarían cuarenta de los 78 votos de miembros del COI que están aquí presentes.

El canadiense James Worral parece su rival más serio, y que de ser elegido continuaría la tradición presidencial anglosajona, pero las actuales circunstancias extradeportivas le restan posibilidades, aunque al parecer cuenta con el apoyo de lord Killanin.

Lo mismo, pero con mayores dificultades en su contra, se puede decir del neozelandés Lance Cross, aunque quizá podría haber un arreglo para forzar una segunda vuelta de votaciones.

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