MOSCÚ 80

El baloncesto español, con Epi, aspirará al diploma

Juan Antonio San Epifanio (Epi) llegó ayer, con Raimundo Saporta y Anselmo López, a Moscú y se incorporó a la selección española, que les esperaba en el aeropuerto. Epi ha pasado, en dos años, de ser casi un desconocido a pieza indiscutible y fundamental no sólo en su club, el Barcelona, sino en el equipo español. Con él la selección aspirará en Moscú a un diploma olímpico, es decir, estar entre los seis primeros. Para ello le bastaría con ganar a Polonia y Senegal. De conseguir algo más, cosa también posible, logrará la mejor clasificación olímpica de.su historia. Hasta ahora el séptimo puest...

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Juan Antonio San Epifanio (Epi) llegó ayer, con Raimundo Saporta y Anselmo López, a Moscú y se incorporó a la selección española, que les esperaba en el aeropuerto. Epi ha pasado, en dos años, de ser casi un desconocido a pieza indiscutible y fundamental no sólo en su club, el Barcelona, sino en el equipo español. Con él la selección aspirará en Moscú a un diploma olímpico, es decir, estar entre los seis primeros. Para ello le bastaría con ganar a Polonia y Senegal. De conseguir algo más, cosa también posible, logrará la mejor clasificación olímpica de.su historia. Hasta ahora el séptimo puesto de México -1968- fue lo más sobresaliente.Saporta quiere que el baloncesto español haga algo sonado en Moscú, ya que su intención es dedicarse, tras ese éxito, a la organización del Mundial-82 de fútbol, cuyo Real Comité preside. Pese a ello, no ha dudado en dirigirse al Gobierno para que Epi pudiera vestir la camiseta nacional. Indudablemente, no es exagerado afirmar que Epi es pieza importantísima en el equipo. La idiosincrasia del juego español, basado principalmente en el contraataque, hace que no se pueda prescindir de los puntos que puedan sumar los aleros. Junto a Brabender, que es el «fijo», está Epi, que además ayuda mucho en los rebotes en la defensa de zonas que últimamente plantea Díaz-Miguel. No hay que descubrir ahora que Epi -mejor jugador de España en la temporada 1978-1979 y segundo clasificado en la 1979-1980- reúne juventud, potencia, envergadura, fuerza, clase y gran visión de juego.

Justo es apuntar que las derrotas de la selección en tierras soviéticas ante la URSS son, al mismo tiempo que normales, significativas. Sin el mencionado Epi los resultados hay que calificarlos de buenos: 98-72 y 93-82. Ni en plan derrotista cabe decir que carezcan de importancia, pues no hay que olvidar que en el último europeo y cuando los soviéticos se jugaban todo un título. continental, el equipo de Díaz-Miguel los venció, aunque luego se proclamaran campeones. De todo ello se deduce que España no está, ni mucho menos, tan lejos de acercarse al podio olímpico.

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