Las delegaciones de Europa occidental acudirán a Moscú sin himnos ni banderas

Los comités nacionales olímpicos de Europa occidental que han decidido participar en los Juegos de Moscú hicieron pública ayer en París su decisión de no tomar parte en las ceremonias de inauguración y clausura, y de no utilizar en los actos protocolarios otro himno o bandera que los olímpicos. Los representantes de diecinueve comités olímpicos de Europa occidental se reunieron ayer, en París, donde decidieron emitir este comunicado.

Según manifestó el presidente del comité olímpico francés, Claude Collard, que dirigió los debates, sólo los comités de Grecia, Suecia, Austria y Dinamarca...

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Los comités nacionales olímpicos de Europa occidental que han decidido participar en los Juegos de Moscú hicieron pública ayer en París su decisión de no tomar parte en las ceremonias de inauguración y clausura, y de no utilizar en los actos protocolarios otro himno o bandera que los olímpicos. Los representantes de diecinueve comités olímpicos de Europa occidental se reunieron ayer, en París, donde decidieron emitir este comunicado.

Según manifestó el presidente del comité olímpico francés, Claude Collard, que dirigió los debates, sólo los comités de Grecia, Suecia, Austria y Dinamarca no han tomado todavía una posición definitiva, «pero su tendencia es de alineamiento con la postura común». En la reunión participaron los comités olímpicos de dos países que han anunciado el boicoteo a los Juegos, la República Federal de Alemania y Mónaco, y los de diecisiete que sí acudirán: Andorra, Austria, Bélgica, Dinamarca, España, Gran Bretaña, Grecia, Islandia, Italia, Luxemburgo, Holanda, Irlanda, San Marino, Suecia, Suiza, Portugal y Francia.El comunicado final reafirma la posición de los comités de Europa Occidental, posición que se ha ido Fijando a lo largo de cuatro sucesivas reuniones, en Francfort, Bruselas, Roma y París. El comunicado afirma que «el principio de la participación no puede ser interpretado como la aceptación implícita de ninguna ideología, de ningún comportamiento político». Refleja el acuerdo definitivo de la no utilización de banderas nacionales ni los himnos nacionales ni los nombres de los países participantes. E insiste en que la participación de los atletas en Moscú «no constituye en ningún caso una aprobación de la política del país en el que tendrán lugar los Juegos de la XXII Olimpiada». Igualmente, y con la reserva de la decisión final a adoptar por suecos, daneses, griegos y austríacos, «ningún atleta ni dirigente de Europa occidental tomará parte en el desfile de apertura».

« Vamos a pedir al comité organizador que nos facilite un portador de pancarta y de bandera», precisó Claude Collard, quien al propio tiempo indicó que respecto a este punto existen ciertas reservas por parte de los representantes españoles, que prefieren dejar a los miembros de la delegación la decisión respecto a si desfilar o no. Sobre una posible presencia de banderas nacionales en los estadios a pesar de esta decisión común, Claude Collard manifestó que «es al Comité Olímpico Internacional a quien corresponde hacer respetar las reglas y los acuerdos».

Por último, Willi Daume, presidente del comité olímpico de la República Federal de Alemania, mostró su satisfacción por la decisión unánime de los europeos de mantener el próximo congreso olímpico en Baden-Baden el año próximo: «No es probable que el congreso se celebre sin la presencia de todos los comités olímpicos del mundo», manifestó Daume, «a pesar de que los soviéticos han mostrado su deseo de que fuera otra ciudad la elegida, precisamente alguna que no hubiese boicoteado los Juegos Olímpicos de Moscú. Por ello, estoy satisfecho de la unanimidad europea al mantener Baden-Baden, y creo que las relaciones deportivas entre Alemania Federal y la Unión Soviética no se deteriorarán después de los Juegos de Moscú».

Por otra parte, y según se hizo público ayer en Moscú, un ordenador francés será el escogido para facilitar a los medios de comunicación acreditados en los Juegos un boletín con los resultados. Este ordenador sustituye a uno americano que había sido designado antes de que se produjera el boicoteo. El precio del ordenador, que facilitará la información en inglés, ruso y francés, asciende a casi 1.500 millones de pesetas.

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