Crítica:

Las censuras de TVE

Televisión Española censuró una parte del segundo programa extraordinario de Encuentros con las letras, emitido el pasado día 8, y en el que doce personalidades de muy distinto signo ideológico y político ofrecían su opinión sobre los últimos cuatro años de cultura en España.Durante el transcurso de las declaraciones de José Monleón se produjo, al parecer, una avería técnica, se interrumpió la emisión y volvió a reanudarse poco después. Javier Alfaya intervino a continuación en una entrevista rodada en el semanario La calle, de la que es redactor, y cuando pronunció las palabras ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Televisión Española censuró una parte del segundo programa extraordinario de Encuentros con las letras, emitido el pasado día 8, y en el que doce personalidades de muy distinto signo ideológico y político ofrecían su opinión sobre los últimos cuatro años de cultura en España.Durante el transcurso de las declaraciones de José Monleón se produjo, al parecer, una avería técnica, se interrumpió la emisión y volvió a reanudarse poco después. Javier Alfaya intervino a continuación en una entrevista rodada en el semanario La calle, de la que es redactor, y cuando pronunció las palabras «dictadura franquista» la imagen volvió a temblar y se cortó la emisión. Reparada la presunta avería técnica, se emitió la última parte de la entrevista, del todo incoherente con las declaraciones anteriores. La entrevista fue censurada por espacio de casi tres minutos, de un total de ocho minutos y cinco segundos. El señor Alfaya, según informó a EL PAÍS, destacaba como hito de estos últimos cuatro años «la caza de brujas en la cultura, la represión, el secuestro de obras como El libro rojo del cole, El crimen de Cuenca, el procesamiento de sus autores, como Pilar Miró, y de otros numerosos periodistas y escritores».

La censura fue camuflada por TVE bajo el pretexto de una interrupción técnica, y el telespectador, aparentemente, no podía sospechar que se hubiese censurado un amplio fragmento de la entrevista, de no ser por el contexto y por aquello de que TVE nos tiene acostumbrados a leer en muchas ocasiones el rótulo de «rogamos disculpen las molestias» como una manipulación censoril, tal como sucedía cuando había retransmisiones de fútbol y se producía algún hecho polémico en el campo. La censura fue ejecutada sin previo aviso al entrevistado, ni a Carlos Vélez, director del programa, ni a ningún otro miembro de este espacio, y sin ni siquiera advertir del hecho a Miguel Ángel Toledano, director de la segunda cadena. La explicación de que las interferencias en la señal de imagen se debían a que la cabeza de lectura del magnetoscopio estaba manchada o que todo se debe a un accidente fortuito es muy difícil de creer.

La censura de Televisión no respeta ni siquiera al Parlamento. Las cámaras de TVE, no satisfechas con recoger tan sólo las intervenciones de ministros o diputados de UCD, censuran, por lo general, el texto de las intervenciones y hacen mudos a los diputados.

El pasado jueves, al término de la sesión en que el ministro del Interior, Juan José Rosón, informó de los últimos atentados en Madrid, el diputado socialista Gregorio Peces-Barba pidió al presidente de la Cámara, Landelino Lavilla, que se informara si TVE había grabado tanto las preguntas de los diputados como la intervención del ministro, para, en el caso de que sólo se hubiera grabado la intervención de este último, el presidente adoptara las medidas oportunas, a fin de evitar que se ofreciera una información parcial.

Landelino Lavilla leyó el siguiente texto, que le facilitó, al parecer, un alto cargo de los servicios informativos de TVE: «Para telediarios se han grabado planos generales sin sonido. Para el programa Parlamento, las tomas del Pleno tienen consideración de motivo secundario, ya que el tema debatido en el programa se trata desde una perspectiva principalmente extraparlamentaria. Por esta razón no se pueden grabar la totalidad de los debates, ya que harían falta dos cámaras y sólo se trae una. En este caso concreto, aunque sólo han tomado con sonido la primera parte, en el programa están previstos planos generales sin sonido, mientras que el cronista narra la sesión sin relación directa con la imagen de cada momento. Esta parte del programa durará tres minutos. En el mismo programa hay una entrevista al señor Múgica, de siete minutos».

La lectura del texto fue comentada con risas de fondo. Gregorio Peces-Barba intervino para decir que TVE no había contestado a la pregunta y que la respuesta «es una tomadura de pelo inadmisible para esta Cámara. Creo que el señor presidente no la debe aceptar de ninguna manera por la dignidad de esta Cámara».

Al término de la sesión, en los pasillos se produjo un duro enfrentamiento entre Gregorio Peces-Barba y Landelino Lavilla. El diputado socialista insistió en que TVE no había grabado las intervenciones de los interpelantes y que la entrevista con Enrique Múgica no guardaba ninguna relación con el debate porque había sido realizada días antes en otro contexto. El presidente del Congreso, quizá debido a la pintoresca nota que los responsables de los servicios informativos de TVE le hicieron leer, añadió que no estaba dispuesto a que se le creasen este tipo de problemas, y se cuestionó la posibilidad de estudiar que las cámaras de Televisión no entren en el hemiciclo. Es decir, en este país son ya muy pocos los que creen en la objetividad e imparcialidad de los servicios informativos de Televisión, el más poderoso medio de información, que no respeta la veraz información de cuanto sucede en las sesiones del Congreso.

Archivado En