El Atlético eliminó, sin brillantez al Valladolid

El Atlético eliminó sin ninguna brillantez al Valladolid. Hasta el último minuto del partido flotó por el Manzanares el fantasma de la prórroga. Tras un comienzo fulgurante y un gol en el minuto cuatro el Atlético no hizo apenas nada de mérito ante un Valladolid cuajado de suplentes, que en el segundo tiempo, cuando se estiró hacia adelante, llegó a preocupar seriamente al público.Fue espectacular la salida del Atlético. Combinaciones rápidas, al primer toque, permutas de posición entre sus tres delanteros punta -Marcos, Aguilar y Rubio y jugadas bien construidas desde atrás que descolocaban a...

El Atlético eliminó sin ninguna brillantez al Valladolid. Hasta el último minuto del partido flotó por el Manzanares el fantasma de la prórroga. Tras un comienzo fulgurante y un gol en el minuto cuatro el Atlético no hizo apenas nada de mérito ante un Valladolid cuajado de suplentes, que en el segundo tiempo, cuando se estiró hacia adelante, llegó a preocupar seriamente al público.Fue espectacular la salida del Atlético. Combinaciones rápidas, al primer toque, permutas de posición entre sus tres delanteros punta -Marcos, Aguilar y Rubio y jugadas bien construidas desde atrás que descolocaban a la defensa del Valladolid y entusiasmaban al público. En el minuto cuatro, una de esas preciosas jugadas había dado lugar al primer gol del partido, y dos minutos después Pereira cabeceaba al palo un balón tras mala salida de Bebich. El público se las prometía muy felices ante lo que parecía ser una noche de fútbol y goles.

Pero duró poco. El Valladolid retrasó sus medios, renunció al ataque y se dedicó a aburrir al Atlético con una firme defensiva. Su audaz juego de salida, que daba pie a los contraataques del Atlético, dio paso a un vulgar cerrojo ante el que el Atlético no puso ni inspiración, ni alegría, ni casi ganas. Marcos, Aguilar y Rubio se movieron incómodamente entre el superior número de rivales, y a pe sar de la buena conducción de Dirceu, del aceptable trabajo de Bermejo y Leal y de las salidas por las bandas de los laterales, el Atlético no fue capaz de hacer gran cosa. Con algunos centros altos puso a prueba la inseguridad del meta yugoslavo Bebich.

Según avanzaba la segunda mitad, el Valladolid pareció tomar conciencia de las flojas condiciones de su rival y dio la sensación de que incluso vio posible ganar la eliminatoria. Su entrenador hizo comparecer en el campo a dos de los titulares que estaban en el banquillo, Jorge y More. Con eso, sin embargo, no hizo más que dar facilidades al Atlético, porque ante su juego más ofensivo los rojiblancos encontraban resquicios para penetrar. Se llegó así a un fase de fútbol más vistoso, con acciones de ataque del Atlético que cul minaron en un segundo gol y dieron al meta Bebich oportunidades de demostrar que no es tan mal portero como había parecido antes. Pero en uno de sus ataques, el Valladolid se encontró con un gol gracias a un penalti inexistente, y la afición atlética tuvo que vivir con inquietud los últimos diez minutos, en los que un nuevo gol del Valladolid le hubiera dado paso a la prórroga.