Se hace necesario un ente que proteja el deporte popular

El deporte popular se ha consolidado definitivamente en España. Pese a ello, ninguna entidad, asociación o federación se ha hecho cargo del mismo. Se mueve bajo iniciativas privadas que, a lo sumo, consiguen alguna ayuda oficial. Si se constituyera la Federación del Deporte Popular, su potencial podría ser tal que superaría a todas las existentes, a excepción de las de Fútbol, Caza y Baloncesto, puesto que son más de 100.000 personas las que anualmente toman parte en pruebas populares, sin tener dónde afiliarse.

En España hay federaciones nacionales con menos de un millar de licencias, ...

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El deporte popular se ha consolidado definitivamente en España. Pese a ello, ninguna entidad, asociación o federación se ha hecho cargo del mismo. Se mueve bajo iniciativas privadas que, a lo sumo, consiguen alguna ayuda oficial. Si se constituyera la Federación del Deporte Popular, su potencial podría ser tal que superaría a todas las existentes, a excepción de las de Fútbol, Caza y Baloncesto, puesto que son más de 100.000 personas las que anualmente toman parte en pruebas populares, sin tener dónde afiliarse.

En España hay federaciones nacionales con menos de un millar de licencias, casos de las de Polo, Galgos o las secciones de Pentathlon Moderno o Surf. Su razón de existir está motivada por diversas causas, pero nunca más importantes como las que podrían conducir a la creación de la Federación del Deporte Popular. Hay millares de deportistas que no buscan la competición, sino la superación individual, y no se sienten encajados en ninguna federación.El practicante del deporte popular, y el año pasado fueron más de 100.000, carece de un servicio médico que le dictamine si su estado de Salud es apto para el ejercicio fisico, no tiene facilidades para la adquisición de material deportivo, nadie le proporciona la oportunidad de intercambios para correr pruebas populares clásicas en el mundo; para cubrirse con la Mutualidad General Deportiva, tiene que pagar el seguro cada vez que participa y además, nadie le confecciona un calendario de pruebas, encontrándose así que en un mismo día tiene que elegir en ejercitarse en un lado o en otro, mientras que puede pasarse el resto del año inactivo por falta de programación o de información.

El atletismo y el ciclismo son, actualmente, la base del deporte popular, aunque se han realizado ensayos con la natación y la marcha. El primer deporte, especialmente, se ha arraigado profundamente en todas las provincias españolas, y en la actualídad es difícil encontrar una ciudad que no tenga su carrera popular, habiéndose llegado a reunir para una prueba hasta 25.000 personas -cifra extraoficial- o 7.000 para una maratón.

En Estados Unidos existen asociaciones exclusivas de corredores participantes en pruebas populares, a los que se protege y, de alguna manera se les concede toda clase de facilidades que, por razones de edad o aptitud, no pueden encontrar en ningún otro sitio. En España se echa de menos, después de haberse comprobado la realidad del deporte popular, un ente que aglutine a los practicantes, que programe las pruebas y que, de alguna manera, encauce los destinos de esta explosión deportiva.

Las federaciones nacionales deportivas que hay en España son 49, más las dos secciones citadas anteriormente. Los afiliados, según cifras oficiales, van desde los 395.023 de fútbol, a los 159 de polo. La media de licencias por federación es de 32.281 cifra que quedaría muy por debajo de las que podría tener la del Deporte Popular.

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