Automovilismo

El domingo, en Long Beach, cuarta del Mundial de Fórmula 1

El próximo domingo, en el circuito norteamericano de Long Beach, en la zona occidental de Estados Unidos, se disputará la cuarta carrera puntuable para el Campeonato del Mundo de Fórmula 1. El trazado y la pista del circuito, al ser urbanos, no favorecen en nada a los Renault, que han tenido en las pruebas precedentes una actuación sorprendentemente buena.

El comienzo de la presente temporada, al margen de actuaciones inesperadas por parte de algunos pilotos, ha registrado una desorganización en cuanto al calendario de pruebas nunca vista. Suspensiones, cambios de fechas, negativas a co...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El próximo domingo, en el circuito norteamericano de Long Beach, en la zona occidental de Estados Unidos, se disputará la cuarta carrera puntuable para el Campeonato del Mundo de Fórmula 1. El trazado y la pista del circuito, al ser urbanos, no favorecen en nada a los Renault, que han tenido en las pruebas precedentes una actuación sorprendentemente buena.

El comienzo de la presente temporada, al margen de actuaciones inesperadas por parte de algunos pilotos, ha registrado una desorganización en cuanto al calendario de pruebas nunca vista. Suspensiones, cambios de fechas, negativas a conceder la organización a pruebas previamente seleccionadas, además del originalmente mal concebido calendario, ha dejado la distribución de pruebas de tal forma que, cuando está a punto de terminar el tercer mes del año, sólo se llevan disputadas tres carreras. Teniendo en cuenta que los dos últimos meses del año son inhábiles para la fórmula 1, y que el número total de pruebas es de dieciséis, se comprenderá que, con la distribución de fechas, prácticamente trece de las pruebas puntuables tienen que disputarse en sólo siete meses del año, con el agravante de los largos desplazamientos que los equipos tienen que hacer de uno a otro circuito.Dos victorias consecutivas

En las tres carreras ya disputadas -Argentina, Brasil y Suráfrica-, y al margen de la victoria de Alan Jones en Argentina, el dominio de Renault ha sido casi aplastante. El Williams, después del éxito argentino -que parecía indicar que esta temporada sería casi como un paseo para ellos-, tuvo que conformarse con un tercer puesto en la segunda carrera, para descender ya peligrosamente en la siguiente. Por contra, Renault, tras las averías de la primera carrera, consiguió dos victorias consecutivas en las otras dos carreras, ambas, además, de manos de su teórico segundo piloto.

Así, después de esas tres carreras, el francés René Arnoux, un perfecto desconocido hasta hace sólo un mes, figura en primera posición, destacado, en la clasificación provisional del campeonato del mundo. Por su parte, su jefe de filas, Jean Pierre Jabouille, un hombre que ha trabajado mucho y muy bien en la difícil tarea de poner a punto el monoplaza francés, no ha logrado hasta el presente ni un solo punto.

Esta complicada situación entre los dos hombres del equipo Renault producirá, con toda seguridad, una serie de fricciones, que podrían terminar por quebrar la unidad del equipo. Jabouille vería con muy malos ojos que su trabajo fuese para convertir en campeón del mundo a un piloto como Arnoux, de menos talla que él. Máxime cuando, además, Jabouille cuenta ya casi con 38 años de edad, por lo que es muy difícil que se le presente otra oportunidad de contar con un coche con el que pueda aspirar al título.

Lucha dentro del equipo

Frente a él, Arnoux y sus partidarios en el equipo intentarán derribar la teoría del escalafón en el seno de la escudería, argumentando que Renault, como equipo y como empresa, no puede permitirse el perder un posible título por querer mantener una situación de ética deportiva en favor de JabouIlle.

Si el director del equipo, el que fuera uno de los pilotos más completos del automovilismo de todos los tiempos, Gerard Larrousse, no adopta una postura definida, puede darse el hecho de que, en la lucha particular que pueden librar sus dos pilotos, alguno de ellos sufra un accidente lamentable.

Sea como fuere, la carrera de Long Beach puede esclarecer algo la complicada situación, aunque sea un circuito poco apto para los coches franceses. Si Jabouille sigue perseguido por la mala suerte y no puntúa, y, por contra, Arnoux incrementa su cifra de puntos, la decisión por parte de Renault de apoyar, de forma ya incondicional, a su segundo piloto será ya inapelable. El subterráneo duelo entre ambos será, pues, tremendo.

Al margen de éste, la presencia de Alan Jones en el circuito californiano no está aún confirmada. Una pleuresía ha tenido al gran piloto australiano obligado a un reposo absoluto y, aunque consiga estar recuperado para la carrera, su condición física no será todo lo buena que un esfuerzo como el de correr en fórmula 1 requiere.

Posible ascensión de Ligier

En el complejo trazado norteamericano, además, debe verse una ascensión de los Ligier, equipo en el que coches y pilotos -Laffite y Pironi- gozan de un buen nivel de calidad. Los Ferrari, por su parte, deberían despertar de su letargo en cualquier momento, y Long Beach -circuito muy apto para el coche italiano- puede ser el lugar idóneo. En caso contrario, la llegada del nuevo modelo, impulsado por un motor turboalimentado -semejante al del Renault-, podría precipitarse.

Además de éstos, De Angelis, Piquet y Patrese son los jóvenes que, en su intento de demostrar su valía, pueden dar la sorpresa.

Archivado En