Discrepancias sobre el alcance de la nueva escisión de USO

Mañana se reunirá la ejecutiva de USO para analizar la situación interna de este sindicato, tras haberse filtrado a la opinión pública (véase EL PAIS de ayer) el acuerdo suscrito entre el sector radical de USO y CCOO para la integración del primero como corriente autónoma en el segundo.El alcance de la nueva escisión en USO, tras la integración de un importante colectivo hace tres años en UGT, no es fácil de determinar. En el sector radical o crítico, definido así por su oposición a la política del secretario general de la organización, Manuel Zaguirre, conviven en estos momentos al menos dos ...

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Mañana se reunirá la ejecutiva de USO para analizar la situación interna de este sindicato, tras haberse filtrado a la opinión pública (véase EL PAIS de ayer) el acuerdo suscrito entre el sector radical de USO y CCOO para la integración del primero como corriente autónoma en el segundo.El alcance de la nueva escisión en USO, tras la integración de un importante colectivo hace tres años en UGT, no es fácil de determinar. En el sector radical o crítico, definido así por su oposición a la política del secretario general de la organización, Manuel Zaguirre, conviven en estos momentos al menos dos tendencias: «autonomistas» e «integracionistas». Los primeros, aun estando en contra de la línea Zaguirre, no se muestran dispuestos a una absorción por parte de CCOO. Dentro de las posturas radical- autonomistas, según Efe, se encuentran los antiguos militantes del Movimiento Obrero Asambleario (MOA), los afiliados al Partido Sindicalista y las federaciones de USO de Cádiz, Cataluña y Galicia.

Los integracionistas, según la misma fuente, estarían encabezados por la federación de Madrid, parte de la de Asturias y la mayoría de la del País Valenciano.

La línea Zaguirre, en declaraciones de Angel Otero a la mencionada agencia, calificó la integración del sector Corell en CCOO como «jugada política del PCE». Sartorius, según este dirigente, busca para CCOO una situación «similar a la de la central comunista italiana, CGIL, donde se concede una tercera parte de los órganos a militantes socialistas y se les permite discrepar de las decisiones generales. Se trata, en definitiva, de ofrecer una imagen menos monolítica ante los trabajadores».

Por su parte, José Molina, responsable de USO-Madrid, aseguró que toda la organización madrileña se pasará a CCOO y justificó la integración «en el pacto interno de Zaguirre con UCD, que se ha acelerado en los últimos quince días».

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