Monzón perdió en diciembre su penúltimo combate por abandono

El púgil tinerfeño, de veintiséis años de edad, Santiago González Monzón sufrió una derrota por abandono el pasado mes de diciembre. El KO que padeció el pasado sábado es, según los médicos, la causa directa de las lesiones cerebrales que le mantienen en coma desde entonces en la unidad de vigilancia intensiva del Hospital General de Tenerife.

A pesar de la extrema gravedad en que se encuentra el deportista canario, los médicos tenían, ayer tarde, esperanzas de que Monzón, como se le conoce deportivamente, pueda sobrevivir, ya que no ha experimentado retroceso alguno después de las inte...

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El púgil tinerfeño, de veintiséis años de edad, Santiago González Monzón sufrió una derrota por abandono el pasado mes de diciembre. El KO que padeció el pasado sábado es, según los médicos, la causa directa de las lesiones cerebrales que le mantienen en coma desde entonces en la unidad de vigilancia intensiva del Hospital General de Tenerife.

A pesar de la extrema gravedad en que se encuentra el deportista canario, los médicos tenían, ayer tarde, esperanzas de que Monzón, como se le conoce deportivamente, pueda sobrevivir, ya que no ha experimentado retroceso alguno después de las intervenciones quirúrgicas -un total de tres- a que fue sometido el pasado domingo.Parece confirmarse que las lesiones cerebrales de Monzón debieron producirse durante el combate con García Requena, púgil que se encuentra en grave estado nervioso y no ha abandonado, desde el domingo, el centro sanitario donde s e encuentra internado su contrincante. Según manifestó el doctor Alfonso Domínguez, médico de la Federación de Boxeo de Tenerife y vocal nacional: «Todos los neurocirujanos están de acuerdo en que el hematoma se había producido doce horas antes de que el púgil fuera internado, por lo que el traumatismo craneal que provocó la hemorragia se produjo en el combate»Por otro lado, el doctor Oliver Roca, médico de la Federación de Las Palmas, manifestó que el púgil «estaba en perfectas condiciones de reaparece» y que le había observado varias veces y en todas ellas sus signos vitales fueron siempre de un auténtico deportista: «Nada raro iba a presagiar una lesión de estas características.»

De todas maneras, el mismo doctor afirmó que, «desde un punto de vista médico y desde la legalidad que marca la Federación», Monzón podía pelear. No obstante, reconoció que es partidario de que un boxeador que sufra un KO o un abandono descanse más de un mes -tres, al menos- y se encuentre en constante observación. El boxeador canario, precisamente, tuvo que abandonar en su penúltimo combate, que se celebró el día 7 de diciembre de¡ pasado año. Volvió a pelear, pues, cuando apenas había pasado mes y medio desde su derrota anterior por abandono. José Medina, directivo de la Federación de Las Palmas, que estuvo presente en el combate, manifestó, en torno al caso, que «Monzón ganaba claramente en los primeros asaltos, aunque comenzó a desinflarse a partir del quinto, tal vez cuando se le produjeron los primeros síntomas de la lesión». Añadió nervioso y con tristeza que el combate se desarrolló «en un ambiente duro y hostil para Monzón por parte del público e incluso cuando subimos a recogerle apenas nos dejaron atender al boxeador».

No fue posible conectar con los familiares del púgil. Sus padres, que se encuentran seriamente afectados por el suceso, se trasladaron al centro sanitario de Tenerife, desde su residencia de Gran Canaria, desde que conocieron la noticia. El caso de Monzón, cuenta con veintiséis años, ha causado una fuerte impresión en Canarias y desde todos los medios informativos se ha censurado la falta de garantías en los combates boxísticos; algunos editoriales, incluso, han exigido a las autoridades correspondientes la prohibición total del boxeo profesional.

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