El encharcamiento de los campos es fácilmente evítable

El encharcamiento de los campos de fútbol es perfectamente evitable por un sencillo y barato sistema: la adquisición de plásticos con que cubrirlo. La Federación nunca se ha preocupado de impulsar a los clubes a adquirir estos plásticos y tampoco los posee ella misma, por lo que no está en condiciones de garantizar el buen estado del terreno de juego en los partidos internacionales.El mal estado de Balaídos, que deslució el España-Holanda del miércoles -y que fue la primera causa del enfado de losjugadores holandeses-, no se debió a la casualidad de unas inoportunas lluvias, sino a una suma de...

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El encharcamiento de los campos de fútbol es perfectamente evitable por un sencillo y barato sistema: la adquisición de plásticos con que cubrirlo. La Federación nunca se ha preocupado de impulsar a los clubes a adquirir estos plásticos y tampoco los posee ella misma, por lo que no está en condiciones de garantizar el buen estado del terreno de juego en los partidos internacionales.El mal estado de Balaídos, que deslució el España-Holanda del miércoles -y que fue la primera causa del enfado de losjugadores holandeses-, no se debió a la casualidad de unas inoportunas lluvias, sino a una suma de negligencias por parte de la Federación. Porta se había comprometido tiempo atrás con Vigo para llevar a esta ciudad un partido oficial de la selección, y como faltó a su promesa. trató de compensarlo con este encuentro España-Holanda, en una fecha desafortunada para jugar en Vigo, por las lluvias frecuentes. Sin embargo, no hubiera existido problema caso de que el Celta dispusiera de plásticos con que cubrir el campo. Estos plásticos los poseen el Madrid y el Atlético, y cubren con ellos su campo cuando caen lluvias fuertes. Los plásticos permiten que el campo se mantenga seco hasta muy poco antes del partido, cuando son retirados. Por mucha agua que caiga en el transcurso del juego, es imposible que el campo llegue a encharcarse tanto como se encharcó Balaídos para esta ocasión.

El agua y el barro suelen ser problemas en la Liga española, en la que los árbitros casi nunca suspenden los partidos por impracticable que esté el campo. Algunos equipos incluso encharcan deliberadamente su campo cuando se enfrentan a rivales técnicamente superiores. sin que la Federación tome medidas serias contra ello. La obligación a todos los clubes de proveerse de los plásticos -cuyo precio no alcanza el medio millón de pesetas- remediaría el problema de raíz.

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