El Madrid jugó como un campeón ante el Barcelona

ENVIADO ESPECIAL El Real Madrid demostró ayer en el Palau Blau Grana que, por ahora, y mientras no se demuestre lo contrario, el campeón es él. Basado en una ma ganíf ica defensa de zonas, desde la que salían en tromba para contraatacar, y una soberbia actuación de Juan Antonio Corbalán, que resultó decisiva, obtuvo un rotundo y merecido triunfo ante un Barcelona que volvió. a dar la de arena, y de cuyo naufragio sólo se salvó SibilioLolo Sainz planteó una defensa zonal siempre basculante y con alguna variante, con Corbalán bastante cerca de Solozábal para impedir la acción directora de éste, ...

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ENVIADO ESPECIAL El Real Madrid demostró ayer en el Palau Blau Grana que, por ahora, y mientras no se demuestre lo contrario, el campeón es él. Basado en una ma ganíf ica defensa de zonas, desde la que salían en tromba para contraatacar, y una soberbia actuación de Juan Antonio Corbalán, que resultó decisiva, obtuvo un rotundo y merecido triunfo ante un Barcelona que volvió. a dar la de arena, y de cuyo naufragio sólo se salvó SibilioLolo Sainz planteó una defensa zonal siempre basculante y con alguna variante, con Corbalán bastante cerca de Solozábal para impedir la acción directora de éste, y con Rullán y Meister debajo de los aros como guardianes impecables de los rebotes. A partir de esa zona, y con Brabender e Iturriaga de auténticos peones de brega, los blancos salieron en rapidísimos y a veces dibujados contraataques que nunca supo parar el conjunto azulgrana. Juan Antonio Corbalán tenía la llave del partido y abrió la puerta del triunfo de forma maestra e impecable, no sólo por su magnífica dirección, sino porque, terminando el primer tiempo, logró hacer diez puntos en cinco lanzamientos de media distancia, que permitieron al Madrid irse al descanso con una significativa ventaja de once puntos. Iturriaga remataba perfectamente los contraataques, y Rullán y, sobre todo, Meister, además de hacer puntos, eran dos colosos bajo los aros.

Antonio Serra, que quizá no se esperase esta defensa de los blancos, no tuvo fortuna, ya que salvo Sibilio, ni uno solo de sus hombres jugó ni al 50% de lo que saben. Por otro lado, hay que decir que esta vez el banquillo azulgrana no supo encontrar la fórmula para romper la defensa del rival, en la que se estrelló durante los cuarenta minutos, y tan sólo algunas acciones individuales les permitieron llegar a esos 89 puntos. No obstante, hubo otros factores que, lógicamente, tenian que privar al Barcelona de ganar. Por ejemplo, se cargó en seguida de faltas y llegó muy pronto a las diez, que permitían que el Madrid lanzase esos 27 tiros libres que al saber transformarlos todos menos tres le auparon a esa inesperada diferencia en el marcador. Hay que apuntar que ambos equipos hicieron el mismo número de canastas en juego. El otro factor determinante que le supuso la derrota fue el hecho de que Guyette consiguera su primera canasta a los 28 minutos de juego. Si a esto se une que tampoco su defensa, ni estática ni a la hora de bajar al contraataque, fue buena, se acumulan una serie de concesiones que no se le pueden de ninguna manera hacer al campeón.

El Palau Blau Grana, vestido de gala y que anunciaba hervir por los cuatro costados hasta resquebrajarse sus cimientos por la emoción de un triunfo en el que todos confiaban, tendrá que volver a esperar, porque ayer quedó enmudecido por ese saber estar y esa clase humana y deportiva que una vez más demostraron los jugadores del Real Madrid.

Tras el triunfo madridista, los dos equipos quedan empatados a puntos en la cabeza de la tabla. De llegar así al final del torneo -quedan aún seis partidos- se jugaría un partido de desempate en cancha neutral.

Otros resultados: Estudiantes, 94; Valladolid, 90; Helios, 93; Basconia, 80.

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