Atletismo

Fracasó la concentración de Kenia

Campos y Páez regresaron a España, el jueves, desde Kenia, donde tenían prevista una concentración hasta el día 15 de enero. Junto a ellos, Blanquer, que asistió en calidad de entrenador. La vuelta inesperada de los atletas se debió a que en Nairobi no encontraron los medios idóneos para culminar su preparación.

La llegada de Carlos Gil al puesto de máximo responsable de la selección española masculina facilitó el comienzo de una plan preolímpico con todas las facilidades posibles para los atletas. Blanquer, Pascual Piqueras y Lázaro Linares, entrenadores respectivamente de Campos, Páez...

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Campos y Páez regresaron a España, el jueves, desde Kenia, donde tenían prevista una concentración hasta el día 15 de enero. Junto a ellos, Blanquer, que asistió en calidad de entrenador. La vuelta inesperada de los atletas se debió a que en Nairobi no encontraron los medios idóneos para culminar su preparación.

La llegada de Carlos Gil al puesto de máximo responsable de la selección española masculina facilitó el comienzo de una plan preolímpico con todas las facilidades posibles para los atletas. Blanquer, Pascual Piqueras y Lázaro Linares, entrenadores respectivamente de Campos, Páez y Cerrada, solicitaron que sus atletas pudieran realizar una concentración en un lugar de gran altura, como es Kenia, para comenzar una óptima preparación para los Juegos Olímpicos de Moscú.

La petición fue aprobada con un presupuesto de 300.000 pesetas, y los atletas marcharon el día 22 de diciembre, junto con Blanquer y con la baja de Cerrada, al argumentar éste que su ausencia durante casi un mes de España le iba a suponer unas pérdidas económicas considerables. Fueron al centro nacional de entrenamiento que hay en Thom Son Fall, a 2.400 metros de altura, el mismo sitio donde se entrenan los atletas keniatas, figuras indiscutibles en el fondo mundial, y en el que Lasse Viren se preparó a fondo para, poco después, conseguir dos medallas de oro en los Juegos Olímpicos de Montreal.

La primera parte del plan en Kenia comprendía un trabajo de adaptación que se cumplió con intensidad, y en el que los atletas se beneficiaron de la altura rodando un centenar de kilómetros. A la hora de acometer la segunda parte, más específica por tener que realizarse sobre pista, se encontraron con que la única que había no reunía el mínimo de calidad por ser de tierra, por lo que decidieron el regreso a España.

El fin de la concentración, pues, se cumplió sólo a medias. Hubo cierta ligereza al acudir a un sitio que se conocía sólo por referencias, y algunas no muy buenas, por cierto, como las que dio la Federación Italiana. Lo que ocurrió es que quizá ese país, por sus instalaciones, no es el idóneo para deportistas que necesitan también de la pista para su preparación, mientras que si lo es para aquellos que necesitan rodar sin más por lugares situados a 2.000 metros de altura, casos de Viren, Rono, Keino o Kimombwa.

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