El Barcelona debe ganar al Real Madrid en el Palau Blau Grana

El Barcelona, quizá magnificado por esos dos puntos que lleva de diferencia al Madrid y por un ambiente tremendamente caldeado, debe ser el ganador del encuentro que esta noche se disputará en el Palau Blau Grana a partir de las 20.30. Su buena temporada y las circunstancias obligan a darle lógicamente como favorito, e incluso su triunfo en la primera vuelta (84-85) en el Pabellón, no dejan de ser un aval. Por otro lado, el árbitro, principal, Andrés Pardo, luce habitualmente un acentuado tinte casero. Los equipos estarán al completo y jugarán con sus mejores hombres. Meister viajó ayer a Barc...

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El Barcelona, quizá magnificado por esos dos puntos que lleva de diferencia al Madrid y por un ambiente tremendamente caldeado, debe ser el ganador del encuentro que esta noche se disputará en el Palau Blau Grana a partir de las 20.30. Su buena temporada y las circunstancias obligan a darle lógicamente como favorito, e incluso su triunfo en la primera vuelta (84-85) en el Pabellón, no dejan de ser un aval. Por otro lado, el árbitro, principal, Andrés Pardo, luce habitualmente un acentuado tinte casero. Los equipos estarán al completo y jugarán con sus mejores hombres. Meister viajó ayer a Barcelona.

Una vez celebrada esta jornada tan sólo restarán seis para terminar la competición y un triunfo azulgrana supondría poco más o menos la seguridad de obtener el título. En este aspecto, conviene decir que de las veintitrés ediciones de Liga celebradas el Madrid ganó en veinte, por lo que la jornada puede definirse como histórica en el caso de la victoria catalana. El último triunfo madridista en el Palau fue en la temporada 1975-1976 (73-79). Desde entonces siempre perdió, y si el palmarés le es favorable a lo largo de todas las ediciones se debe a que hasta 1968-1969 la superioridad de los blancos fue evidente. Sin embargo, a partir de esa fecha el mando, en lo que a encuentros en el Palau se refiere, lo tomó el Barcelona. Ocurre que sus triunfos casi nunca resultaron importantes cara a la consecución del título.Todo esto hace que sea preciso repetir que desde tres días antes de que se celebre el choque éste acusa un acentuado protagonismo en cuanto al ambiente y, sobre todo, al interés que ha despertado en la ciudad condal. Nunca el Barcelona tuvo el título tan cerca de sus manos en lo que se podría llamar época moderna del baloncesto español. Está todo vendido, incluso en el Palau-2, para verlo en pantalla gigante, y se presumen precios de escándalo en la reventa. Se afirma en distintos medios que el Palau Blau Grana acogerá a más gente de la que en realidad puede acomodarse.

EI Barcelona, que lógicamente pondrá en cancha a Solozábal, Ansa, Epi o Flores, Guyette y Sibilio, es favorito, si es que se puede hablar de favorito cuando un equipo se enfrenta al Real Madrid. A estas alturas no se puede dudar de la entrega de ambos equipos, y la defensa y los rebotes decidirán. Por otro lado, Epi y Ansa tienen mucho que decir en el conjunto azulgrana. Corbalán puede resultar decisivo en su lucha con Solozábal. Guyette y Sibilio se verán las caras con Meister y Rullán. Tanto Epi como Meister están recuperados. Los dos equipos se entrenaron ayer en el Palau.

El Real Madrid, que siempre supo estar en los momentos difíciles, acude al choque totalmente mentalizado para salir a ganar.

El Comité Nacional de Arbitros parece que «aplica» el sorteo con demasiada pureza, y no parecen los colegiados «elegidos» -Andrés Pardo y Rodríguez Blandón- los más idóneos para un encuentro rodeado de mil y un problemas y suspicacias. Pardo, además de catalán -cosa que, lógicamente, no se debería tener en cuenta para nada-, es habitualmente casero, e incluso manifestó a un diario catalán que había eliminado en una ocasión a Luyk por cinco faltas a los quince minutos, vanagloria esta que en ningún caso procede. Rodríguez Blandón no tiene aún categoría para este tipo de choques y hay que esperar que la marcha del marcador en uno u otro sentido, así como la cordura de los espectadores, evite males mayores. Así, pues, enorme ambiente, precios altos, superlleno no sólo en el Palau, sino en la cancha adyacente, con circuito cerrado de televisión, expectación inusitada y, en fin, un Barcelona-Madrid que puede pasar a la historia, sobre todo para el club azulgrana. Todo esto lo ha ignorado, una vez más. Televisión, que no ofrecerá el partido en directo.

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