Las ausencias, de la URSS dificultaron su triunfo en el Torneo de Navidad

Dos equipos que lucharon titánicaniente de principio a fin salvaron en un emotivo choque el Torneo de Navidad. El triunfo de los soviéticos fue justo, pero el Madrid nunca se arrugó y presentó cara a sus rivales.Las ausencias ya tratadas del conjunto soviético hicieron, sin embargo, que «hubiera partido» en la final, pues quedó demostrado que, de haber venido todos, Ia URSS se hubiera adjudicado el torneo en un paseo triunfal. Así, los aficionados se quedaron sin ver alas estrellas soviéticas, pero a cambio pudieron presenciar cuarenta minutos, a lo largo de los cuales nunca perdieron la esper...

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Dos equipos que lucharon titánicaniente de principio a fin salvaron en un emotivo choque el Torneo de Navidad. El triunfo de los soviéticos fue justo, pero el Madrid nunca se arrugó y presentó cara a sus rivales.Las ausencias ya tratadas del conjunto soviético hicieron, sin embargo, que «hubiera partido» en la final, pues quedó demostrado que, de haber venido todos, Ia URSS se hubiera adjudicado el torneo en un paseo triunfal. Así, los aficionados se quedaron sin ver alas estrellas soviéticas, pero a cambio pudieron presenciar cuarenta minutos, a lo largo de los cuales nunca perdieron la esperanza de que su equipo pudiera lanar.

Gomelski, viejo zorro de los banquillos, se traía la lección bien aprendida y sabía que el, secreto del Madrid está en sus aleros Brabender y Walter. Su defensa la planteó dirigida especialmente a anular a estos hombres. Increíblemente entre los dos sumaron en el primer tiempo nueve puntos. Al jugarse esta baza dio lugar a que a Rullán y Meister les llegaran muchos balones, pero que no supieron aprovechar los pivot blancos que, si son decisivos a la hora de los rebotes, no resuelven en ataque. Corbalán y Eremin sostenían una lucha a muerte, y con estas perspectivas era el conjunto soviético el que mandaba en el campo, pese a que no lograra despegarse en el marcador. No hay que olvidar que aunque se trataba de toda una selección soviética tenía enfrente a tres indiscutibles de la selección española: Corbalán, Brabender y Rullán, con los nada despreciables refuerzos de Meister y Walter. Evidentemente se trata de un «cinco» que muchos países lo quisieran como titular de su equipo nacional.

La selección de la URSS basó más su fuerza en el juego de conjunto y esto le permitió que, aunque alguno de sus hombres fallasen, el equipo no,decayera. Por si fuera poco tuvo en Derjugin, y sobre todo en Tarakanov, dos pilares que se mostraron como auténticas .apisonadoras imposibles de frenar. El motor, el fabuloso motor que las ponía en marcha, era ese gran base que se llama Eremin y que a su clase y técnica une una potencia que constituye, por el puesto en que juega, un auténtico seguro para su equipo.

La emoción de los momentos finales fue mucha, pero se vio aumentada por la falta de reloj, por lo que los espectadores no podían ver el tiempo que faltaba, y esto aumentó en gran medida sus nervios, sobretodo porque su equipo era el que perdía. En verdad no se puede -accidentes y circunstancias al margen- pedir más de cuarenta minutos de baloncesto que, sin duda, constituyeron una gran final con los aderezos necesarios de estas ocasiones. El Madrid se mostró como en uno de sus días buenos, y los soviéticos, en fin, hicieron bueno el pronóstico. El gran nivel del deporte de la canasta soviético, que, dedica sistemáticamente todos sus esfuerzos a la selección, pues rara vez los equipos de clubes participan en la competición europea, se debía imponer y se impuso. Bajas como las de Serguei Belov, el gigante Tkachenko, recientemente elegido mejor jugador del año, o el no menos gigante, aunque bastante menos, Zarkurnadherior sólo se notaron para ,anar con justeza, pero no para ganar.

Más emoción que juego en el Joventut-Athletes

En un encuentro en el que hubo más emoción que otra cosa y que se salvó por los vibrantes últimos segundos, el Athletes in Action venció por 89-86 a un Joventut que culminó el torneo con una actuación más que aceptable y que volvió a tener en Gonzalo Sagi-Vela a la gran estrella que volvió a poner en pie al Pabellón.

Quizá la noticia más importante de este encuentro fuese el comportamiento del público en los minutos finales animando constantemente y con mucha fuerza al Joventut, todo un ejemplo del público madridista, ante el que verdaderamente en esta ocasión hay que quitarse el sombrero.

Joventut: 86 (44 y 42). Germán (4), Margall (19), Johnson (21), Sagi-Vela (29), Carlson (13).

Atletes in Action: 89 (44 y 45). Jackson (8), Hoffman (16), Hal (3), Frost (12), Drollinger (12), Delph (18), Smith (2), Counce (4) y Schall (14).

Clasificación final

1 . Selección de la URSS.

2. Real Madrid.

3. Athletes in Action.

4. Joventut.

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