Congreso de UGT para la reforma de sus estatutos

La Unión General de Trabajadores inicia hoy en Madrid el congreso extraordinario acordado por el comité confederal de la organización en su reunión de octubre pasado, en el que, como único punto de debate del orden del día, figura la reforma de los estatutos confederales, a través de las propuestas presentadas por las uniones insulares, provinciales, regionales o de nacionalidad.Asisten al congreso 260 delegados, en representación de sus diferentes uniones territoriales y federaciones estatales de industria, así como federaciones de la emigración.

La reforma de los estatutos encubre, no...

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La Unión General de Trabajadores inicia hoy en Madrid el congreso extraordinario acordado por el comité confederal de la organización en su reunión de octubre pasado, en el que, como único punto de debate del orden del día, figura la reforma de los estatutos confederales, a través de las propuestas presentadas por las uniones insulares, provinciales, regionales o de nacionalidad.Asisten al congreso 260 delegados, en representación de sus diferentes uniones territoriales y federaciones estatales de industria, así como federaciones de la emigración.

La reforma de los estatutos encubre, no obstante, la pugna interna por imponer a la actual presencia en el poder de las uniones territoriales un mayor potenciamiento de las federaciones de industria.

En esta polémica, los miembros de la ejecutiva Zufiaur, Romero y Herrero, responsables, respectivamente, de la acción reivindicativa, relaciones sindicales y organización, representan la línea denominada de «oposición», frente a los que, denominados «oficialistas» y que podrían estar representados por Manuel Garnacho, fundamen talmente, sostienen la lucha por imponer el desarrollo de las fe deraciones de industria.

En este sentido, el secretario general de banca de UGT, Justo Fernández, declaró ayer a Efe que «los Zufiaur, Romero y Herrero lo que desean es convertir un sindicato de clase, como es UGT, en un sindicato de servicios pactista y, de paso, hacer imposible la contestación de sus cargos por parte de la base ».

Según Justo Fernández, «el intento del que se ha autodenominado sector de oposición es montar un aparato tecnocrático que convierta a los cargos en profesionales y así hacer más difícil su sustitución».

UGT ha sido hasta hoy, según el secretario de banca, una organización desequilibrada, en el sentido de que las uniones territoriales mantenían todo el poder. Las federaciones que mantenían la lucha diaria se veían apartadas de los focos de poder.

«Nosotros», dijo Justo Fernández, «mantenemos la necesidad de que la representación corresponda al 50% a uniones y federaciones de industria. Los que se llaman críticos pretenden o al menos así lo han pretendido en Madrid, que todo el poder vaya a parar a los sindicatos provinciales.»

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