Los jugadores del Felanitx impidieron el linchamiento del árbitro

«Tenía tanto miedo en el cuerpo que temí no salir vivo» dijo a EL PAIS el árbitro de Tercera División Benito Rodríguez, que en el minuto 71 del partido Felanitx-Constancia, correspondiente a la decimotercera jornada de Liga del grupo octavo de la Tercera División, disputado en el campo del Torrente, fue agredido violentamente por los espectadores.

Los incidentes se iniciaron al expulsar el colegiado al capitán del equipo local, Juan Tauler, por insistir éste en sus protestas al considerar que la defensa del Constancia le había hecho un penalti. En esos momentos, y cuando el jugador del ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

«Tenía tanto miedo en el cuerpo que temí no salir vivo» dijo a EL PAIS el árbitro de Tercera División Benito Rodríguez, que en el minuto 71 del partido Felanitx-Constancia, correspondiente a la decimotercera jornada de Liga del grupo octavo de la Tercera División, disputado en el campo del Torrente, fue agredido violentamente por los espectadores.

Los incidentes se iniciaron al expulsar el colegiado al capitán del equipo local, Juan Tauler, por insistir éste en sus protestas al considerar que la defensa del Constancia le había hecho un penalti. En esos momentos, y cuando el jugador del cuadro felanigense se dirigía hacia los vestuarios, casi dos centenares de espectadores saltaron al terreno de juego corriendo hacia el colegiado, balear, propinándole gran cantidad de golpes y puñetazos, sin que la escasa fuerza pública -un sargento y un número de la Guardia Civil- pudieran impedir la violenta acción de los iracundos espectadores. El árbitro se salvó del linchamiento gracias a los jugadores del Felanitx, que le protegieron, poniendo en peligro su propia integridad física.El colegiado Benitez Rodríguez que saldría herido sin importancia con varios hematomas en la espalda y en la cara, una vez que los jugadores de ambos bandos lograran desalojar de espectadores el terreno de juego (éste carece de las vallas reglamentarias, al igual que la mayoría de los campos de esta Tercera División balear), pudo dirigirse por su propio pie a los vestuarios. En ellos permanecería hasta avanzada la noche, ya que numerosos aficionados acordonaron el recinto deportivo para impedir que el árbitro pudiera abandonar las casetas. Poco antes de las ocho de la noche, fuerzas de la Policía Nacional del vecino pueblo de Manacor hicieron acto de presencia en el estadio del Torrente y, tras desalojar a los aún iracundos y violentos aficionados, protegieron la salida del árbitro, acompañándole hasta Palma, distante sesenta kilómetros.

Este es el segundo caso grave de incidentes acaecido en la actual Liga del grupo balear, ya que en la jornada quinta y en el partido Sóller-Mallorca se produjo una invasión de campo, siendo sancionado entonces el equipo local con un partido de clausura de su terreno de juego. Ahora se espera que el Comité de Competición de la Federación Española sea mucho más duro; pues además de invasión de campo, se produjo esa agresión multitudinaria al juez.

Archivado En