Reportaje:

Blanco y negro, colores del "prêt-à-porter" femenino

En la primavera-verano de 1980, si se hace caso de los modistas españoles, predominarán los monocalzones hasta la rodilla; las faldas amplias, acampanadas, puestas sobre pantalones corsarios o simples bodies (cuerpos) estampados con flores hawaianas; las faldas rectas, con aberturas en los lados o atrás; las blusas sencillas, sin mangas, encima de sostenes sin tirantes; los pantalones ajustados, sin pliegues, remarcando las caderas y estrechándose según la forma de la pierna, casi siempre con una pequeña raja a un lado, y, finalmente, las prendas inspiradas en los vaqueros e indios ...

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En la primavera-verano de 1980, si se hace caso de los modistas españoles, predominarán los monocalzones hasta la rodilla; las faldas amplias, acampanadas, puestas sobre pantalones corsarios o simples bodies (cuerpos) estampados con flores hawaianas; las faldas rectas, con aberturas en los lados o atrás; las blusas sencillas, sin mangas, encima de sostenes sin tirantes; los pantalones ajustados, sin pliegues, remarcando las caderas y estrechándose según la forma de la pierna, casi siempre con una pequeña raja a un lado, y, finalmente, las prendas inspiradas en los vaqueros e indios del Oeste norteamericano (moda que quizá pierda novedad a causa de las campañas publicitarias de los grandes almacenes).Esta descripción es el resumen de las creaciones expuestas días atrás en el III Salón de la Moda del Mediterráneo, celebrado en el marco medieval de las Reales Atarazas de Barcelona. Este certamen del prêt-à-porter femenino ha reunido, en una superficie de 2.000 metros cuadrados, a 86 expositores, con una cifra de ventas de 3.000 millones de pesetas (150 millones para exportación) y una afluencia de visitantes estimada en 20.000 personas. Las ventas globales de las empresas participantes en el Salón son de 18.000 millones anuales (de ellos, 2.000 millones para exportación).

El origen de moda del Mediterráneo, que empezó hace un año, por estas fechas, se debe al vacío que existía en España de un salón de proyección internacional dedicado exclusivamente al prêt-à-porter femenino. Sus promotores han sido, en principio, los grupos Come (Coordinadores de la Moda Española) y Compramoda Española, a través de sus respectivos dirigentes: Juan Antonio Comín y Paco Flaque. Estos dos grupos constituyen la Unión de Pequeñas y Medianas Empresas de Alta Confección Femenina y, durante varios años, presentaron sus colecciones en hoteles de Madrid. Ante el éxito logrado creció el interés de otras empresas creadoras de moda para exhibir conjuntamente, y esa es la razón del Salón de la Moda del Mediterráneo, al que se han incorporado toda una gama de confeccionistas de piel, punto y accesorios, como bisutería, bolsos, pañuelos, zapatos, etcétera.

Los colores que veremos en la primavera-verano del ochenta serán el negro y el blanco, sobre todo combinados, amén del naranja melocotón, el rosa pálido, el verde lima, el violeta y el gris. En cuanto a los tejidos, destacan los algodones brillantes, el percal, el popelín, la seda, el ciré y los puntos calados.

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