El consejo directivo de la Federación escuchó las razones de los atletas

El consejo directivo de la Federación Española de Atletismo escuchó ayer las razones por las que determinados atletas no fueron a los Juegos Mediterráneos. Unicamente no asistieron Mayi Emparanza, Garrachón y Solanas. Durante el día de hoy se debatirá la resolución para cada caso.Los atletas dispusieron de un tiempo máximo de veinte minutos para responder a las preguntas que se les formularon. Una vez oídos y junto con el escrito por el que recurrieron a la Federación tras haberles sido abiertos expedientes, habrá o no una sentencia federativa. Páez, pese a no estar implicado en el boicot a lo...

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El consejo directivo de la Federación Española de Atletismo escuchó ayer las razones por las que determinados atletas no fueron a los Juegos Mediterráneos. Unicamente no asistieron Mayi Emparanza, Garrachón y Solanas. Durante el día de hoy se debatirá la resolución para cada caso.Los atletas dispusieron de un tiempo máximo de veinte minutos para responder a las preguntas que se les formularon. Una vez oídos y junto con el escrito por el que recurrieron a la Federación tras haberles sido abiertos expedientes, habrá o no una sentencia federativa. Páez, pese a no estar implicado en el boicot a los Juegos, pidió ser escuchado -se le suspendió la beca a raíz de no participar en un encuentro internacional en Noruega-. Mostró sus deseos de querer volver al equipo nacional, del que nunca quiso renunciar, pero a lo que le obligó la actitud del director técnico Rafael Pajarón.

El consejo directivo también estudiará hoy los acuerdos tomados por la comisión mixta Federación-atletas en la reunión que terminó ayer por la mañana. Se trataba de buscar soluciones, a base de ceder ambas partes, a la actual situación del atletismo nacional. Los acuerdos a los que se llegaron sólo tendrán validez si los aprueba el consejo directivo.

Todas estas negociaciones permiten albergar esperanzas de que pronto se ponga fin a los problemas suscitados desde hace ya dos meses. Ahora ya existe, al menos, diálogo. Para ello fue necesaria una postura de fuerza por parte de los atletas, aun a costa de no ir a los Juegos Mediterráneos y arriesgarse a que sus becas -algunas de 40.000 pesetas mensuales quedaran suspendidas, como así fue, a raíz de que se les abrieran expedientes hasta que cada punto se clarificara.

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