Gómez Llorente: "El consenso fue una política histórica para conseguir la Constitución"

«Ultimamente ha habido un corte muy importante en la política española: haber dado cima a la tarea constitucional. Hay que tener en cuenta que el consenso no es simplemente un modo de hacer política que se exija por azar o con justificaciones triviales. El consenso fue, nada más y nada menos, que una política de alcance histórico para conseguir la Constitución.»Esta declaración fue hecha ayer por el dirigente socialista y vicepresidente del Congreso, Luis Gómez Llorente, durante el programa El Parlamento y la calle, de Radio Nacional de España. «A este consenso -añadió- se llegó por una...

«Ultimamente ha habido un corte muy importante en la política española: haber dado cima a la tarea constitucional. Hay que tener en cuenta que el consenso no es simplemente un modo de hacer política que se exija por azar o con justificaciones triviales. El consenso fue, nada más y nada menos, que una política de alcance histórico para conseguir la Constitución.»Esta declaración fue hecha ayer por el dirigente socialista y vicepresidente del Congreso, Luis Gómez Llorente, durante el programa El Parlamento y la calle, de Radio Nacional de España. «A este consenso -añadió- se llegó por una razón de fondo de tipo estrictamente político y es la correlación de fuerzas existentes en España desde la muerte del general Franco. »

« Esa correlación de fuerzas -dijo más adelante- dicho esquemáticamente, viene a suponer que quienes estaban en el poder carecían del suficiente poder como para imponer el continuismo, si no era a costa de muchísima violencia y de arriesgarse a una situación caetanista entonces, desde las esferas del poder se entendió que no convenía una resistencia numantina, apoyada simplemente en resortes coactivos, que hubieran desembocado, a la corta o a la larga, en una revolución de abril a la portuguesa.»

En cuanto al retraso de la puesta en marcha del nuevo Parlamento, indicó el vicepresidente del Congreso que se explica por dos razones. La primera, la celebración en estas semanas de las elecciones municipales; y la segunda, que la puesta en marcha del Parlamento exige el cumplimiento de una serie de trámites costosos en cuanto que no son automáticos, sino que entrañan unos acuerdos políticos, difíciles de obtener en un ambiente no consensual, sino vagamente polémico.