"¿Gobierno de coalición? ¿Por qué un jarro de agua fría tan temprano?"

El presidente Adolfo Suárez votó ayer por la mañana con una hora de retraso, aproximadamente, sobre lo previsto. Llegó a las diez de la mañana al colegio electoral que le correspondía, situado en las escuelas Andrés Manjón, en la calle de Francos Rodríguez, acompañado de su esposa, Amparo Illana, y ambos votaron unos minutos después, ella en primer lugar.Poco después de las nueve de la mañana se tuvieron noticias de que el señor Suárez se dirigía hacia el colegio, pero aún tardó cerca de una hora en llegar al mismo.

Numerosas personas, aparte de periodistas y fuerzas de seguridad, que e...

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El presidente Adolfo Suárez votó ayer por la mañana con una hora de retraso, aproximadamente, sobre lo previsto. Llegó a las diez de la mañana al colegio electoral que le correspondía, situado en las escuelas Andrés Manjón, en la calle de Francos Rodríguez, acompañado de su esposa, Amparo Illana, y ambos votaron unos minutos después, ella en primer lugar.Poco después de las nueve de la mañana se tuvieron noticias de que el señor Suárez se dirigía hacia el colegio, pero aún tardó cerca de una hora en llegar al mismo.

Numerosas personas, aparte de periodistas y fuerzas de seguridad, que estaban directamente al mando personal del jefe superior de Policía de Madrid, Francisco de Asís Pastor, recibieron con aplausos al presidente Suárez.

El presidente hizo su entrada en la sala de la mesa electoral con un gesto de seriedad en el rostro, que se tornó en una permanente sonrisa, después, al contestar a las diversas preguntas de los periodistas.

La salida del presidente Suárez fue tumultuosa, por cuanto, tanto los periodistas como el público en general, y los policías, formaron un apretado y denso cerco humano a su alrededor. Unos para obtener sus respuestas, otros para saludarle y otros para protegerle.

Un grupo de monjas aplaudía sin cesar. Una de ellas repetía: «Ha dicho que tiene confianza, que tiene confianza en Dios. Eso ha dicho.» Y, muy contenta, salió hasta la puerta de la calle a decirle con la mano el último adiós, contestado por el presidente cuando ya se había introducido en el coche.

Unos segundos antes, también en la puerta de la calle, un hombre metió una frase entre las de los periodistas: «Tenga piedad de los que estamos sin trabajo.» El presidente Suárez le sonrió y asintió con la cabeza.

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Suárez dijo, a la salida, entre apretones: «Estoy tranquilo. Estoy absolutamente seguro de que UCD obtendrá la mayoría.» Respecto a un posible ascenso del PSOE, indicó: «¿Por qué voy a preocuparme de esas cosas tan temprano?» Más concretamente, sobre la posibilidad de un Gobierno de coalición, precisó, sin dejar de sonreír: «¿Por qué empezar por la mañana con un jarro de agua fría?» Y respecto al abstencionismo, su gesto volvió a ser serio, y dijo: «No creo que el porcentaje de abstenciones sea significativo.»

En las listas del censo donde aparecen los nombres de los electores, en el lugar que ocupaba el nombre del presidente alguien había puesto «no» en la casilla donde se señalaba si el elector sabe leer y escribir.

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