Compensación

La medalla de oro conquistada por Antonio Páez en los Campeonatos de Europa de Atletismo en pista cubierta fue la noticia agradable y sorprendente para el deporte español el domingo. Con ella, en la soledad habitual de los aislados triunfos hispanos, se olvidó un poco que en Atocha el árbitro del Real Sociedad-Atlético de Madrid y el propio equipo rojiblanco hubieron de salir protegidos por la Policía Nacional ante las iras de un determinado sector del público. En Leganés, partido de Tercera División, también el colegiado pasó sus apuros.La limpia victoria de Páez, con su esfuerzo sin «contact...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La medalla de oro conquistada por Antonio Páez en los Campeonatos de Europa de Atletismo en pista cubierta fue la noticia agradable y sorprendente para el deporte español el domingo. Con ella, en la soledad habitual de los aislados triunfos hispanos, se olvidó un poco que en Atocha el árbitro del Real Sociedad-Atlético de Madrid y el propio equipo rojiblanco hubieron de salir protegidos por la Policía Nacional ante las iras de un determinado sector del público. En Leganés, partido de Tercera División, también el colegiado pasó sus apuros.La limpia victoria de Páez, con su esfuerzo sin «contacto», compensó de la tristeza de oír en Vallecas llamar «asesino» al ejemplar y deportivo Quini, porque Tanco tuvo la mala suerte de chocar con él y abrirse una brecha con la valla, que necesitó siete puntos de sutura. Menos mal que se le disculpó -ya ganaba el Rayo, la herida que después le hizo a Nieto, como se disculparon las de Benito -otros siete puntos- y Morente en Chamartín en otro choque fortuito.

Archivado En