Encerrados en un avión de Iberia por falta de escalerilla

Los trescientos viajeros del avión 747 Lope de Vega, de la compañía Iberia, hicieron ayer a mediodía el trayecto Barcelona-Madrid en, aproximadamente, cuatro horas si se cuenta que el aparato despegó del aeropuerto del Prat a las doce de la mañana, al instante en que los usuarios empezaron a recoger sus equipajes en la terminal del puente aéreo, en Barajas.Tras el aterrizaje, los viajeros permanecieron una hora encerrados dentro del avión, en Barajas, a la espera de que los servicios auxiliares del aeropuerto proporcionaran la escalerilla necesaria para que los pasajeros y la tripulació...

Los trescientos viajeros del avión 747 Lope de Vega, de la compañía Iberia, hicieron ayer a mediodía el trayecto Barcelona-Madrid en, aproximadamente, cuatro horas si se cuenta que el aparato despegó del aeropuerto del Prat a las doce de la mañana, al instante en que los usuarios empezaron a recoger sus equipajes en la terminal del puente aéreo, en Barajas.Tras el aterrizaje, los viajeros permanecieron una hora encerrados dentro del avión, en Barajas, a la espera de que los servicios auxiliares del aeropuerto proporcionaran la escalerilla necesaria para que los pasajeros y la tripulación abandonaran el aparato. La mayor parte de los usuarios venían de Nueva York. En la escala de Barcelona, el 747 recogió a pasajeros del puente aéreo.

El avión llegó a Barajas poco después de la una de la tarde. Los pasajeros pudieron dejar el aparato sobre las dos. A esa hora, cuando pudieron contar con la escalerilla, no había autobús que los trasladara a la terminal, de modo que iniciaron una penosa y buñuelesca excursión por la pista hasta la terminal de equipajes. Cuando,un cuarto de hora más tardeapareció el autobús, éste fue recogiendo a los más rezagados. El resto del pasaje siguió caminando por la pista.

El 747 ya había planeado durante una hora sobre el espacio aéreo de Madrid por exceso de tráfico en Barajas. Sobre este retraso recibieron disculpas de la tripulación. Sobre los restantes incidentes no recibieron ni una sola palabra del personal del aeropuerto. La indignación del pasaje tuvo su momento culminante a la hora de recogida de equipajes, que tardó más de una hora en producirse.