La Diputación de Lérida no aprobó los traspasos a la Generalidad
La Diputación Provincial de Lérida decidió en un pleno celebrado ayer no aprobar el traspaso de competencias y funciones propias a la Generalidad de Cataluña. La versión dada oficialmente indica que este tipo de decisiones debe tomarlas la Corporación formada después de las próximas elecciones municipales. No obstante, el presidente de la Diputación, Juan Sangenis, declaró a EL PAIS que la decisión no era unilateral y que formaba parte de un acuerdo entre Tarradellas y el resto de los presidentes de las diputaciones catalanas.
Se da el caso de que, desde el mismo momento del restablecim...
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La Diputación Provincial de Lérida decidió en un pleno celebrado ayer no aprobar el traspaso de competencias y funciones propias a la Generalidad de Cataluña. La versión dada oficialmente indica que este tipo de decisiones debe tomarlas la Corporación formada después de las próximas elecciones municipales. No obstante, el presidente de la Diputación, Juan Sangenis, declaró a EL PAIS que la decisión no era unilateral y que formaba parte de un acuerdo entre Tarradellas y el resto de los presidentes de las diputaciones catalanas.
Se da el caso de que, desde el mismo momento del restablecimiento de la Generalidad provisional, los partidos catalanes -especialmente los de izquierda- han venido reclamando de Tarradellas el inmediato traspaso de las competencias de las diputaciones a la Generalidad.Al contrario de lo que ha pasado en el resto de los organismos preautonómicos, en Cataluña se ha dado una total coincidencia de criterios entre los presidentes de las diputaciones organismos en los que pervive el búnker franquista- y el presidente de la Generalidad.
Estos traspasos se han visto repetidamente frenados por Tarradellas, quien considera que así se reforzaría el papel de los partidos en la Generalidad, en detrimento del poder decisorio absoluto y personal que detenta actualmente. El acuerdo entre Tarradellas y las principales autoridades de las diputaciones de las cuatro provincias catalanas incrementará, sin duda, el malestar entre los partidos políticos.