Fue decisivo el ritmo impuesto por el Athlétic

En un bonito y emocionante encuentro, el Athlétic se impuso al Atlético, que nunca se dio por vencido y especialmente en la segunda mitad luchó por conseguir un mejor resultado, lo que logró cuando faltaban tres minutos para terminar el encuentro. El dominio de los bilbaínos fue más eficaz esta vez que los siempre peligrosos contraataques de los madrileños.Lo mejor del partido fue sin duda alguna el primer tiempo que además de rapidez, emoción y un tremendo ritmo, revisitó calidad en no pocas ocasiones. El Athlétic atacaba en tromba en busca de una solución rápida, pero el Atlético no renuncia...

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En un bonito y emocionante encuentro, el Athlétic se impuso al Atlético, que nunca se dio por vencido y especialmente en la segunda mitad luchó por conseguir un mejor resultado, lo que logró cuando faltaban tres minutos para terminar el encuentro. El dominio de los bilbaínos fue más eficaz esta vez que los siempre peligrosos contraataques de los madrileños.Lo mejor del partido fue sin duda alguna el primer tiempo que además de rapidez, emoción y un tremendo ritmo, revisitó calidad en no pocas ocasiones. El Athlétic atacaba en tromba en busca de una solución rápida, pero el Atlético no renunciaba al contragolpe, al tiempo que aguantaba muy bien a la hora de defender, sin que se pro dujesen huecos en su cobertura. El dominio vasco y los contraataques madrileños marcaron la tónica del primer tiempo, que terminó con empate a cero goles, debido en gran parte, a los estrechos marcajes a que unos y otros sometían a sus rivales.

Posiblemente se diera cuenta Szusza de que esos contraataques con tan sólo Rubén Cano como verdadera punta no podían fructificar en nada positivo y el Atlético intentó el mando en el centro del campo, cosa que consiguió, sobre todo a raíz de la inclusión de Bermejo, que sustituyó a Alberto. Pero este dominio del centro del campo no lo supo hacer peligroso el Atlético, que a falta de cinco minutos se veía con un 2-0 en el marcador. Como tantas veces ocurre en el fútbol, recibió el segundo gol cuando mejor estaba jugando, pero sin pisar el área con decisión.

El conjunto vasco supo hacer un gran partido, merced al valiente planteamiento de KoIdo Aguirre, que hizo valer su cantera, especialmente en lo que se refiere a Argote y Sarabia, ambos procedentes de los juveniles que, precisamente protagonizaron el segundo gol. Aguirre mantuvo el tipo, pese a las duras críticas que recibió por no alinear a Rojo y se jugó la baza de contener a los hombres-gol del rival a base de imponer además un ritmo que los pupilos de Szusza no pudieron seguir.

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