El Madrid gano» al Juventud bajo los aros

La completa actuación de Meister, muy bien ayudado por Rullán, ejerciendo ambos un gran poderío bajo los aros, dio el triunfo al Real Madrid frente a un Juventud en el que precisamente fallaron sus pivots, Santillana y Filba. La magistral actuación de Slavnic -anuló a Brabender y sumó 32 puntos- no fue suficiente para contrarrestar ese dominio reboteador que una vez más resultó decisivo en baloncesto.El Madrid planteó su partido a base de una defensa individual. Corbalán no podía con Slavnic; Iturriaga aburría a José María Margall, que a los catorce minutos se retiraba al banquillo con ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La completa actuación de Meister, muy bien ayudado por Rullán, ejerciendo ambos un gran poderío bajo los aros, dio el triunfo al Real Madrid frente a un Juventud en el que precisamente fallaron sus pivots, Santillana y Filba. La magistral actuación de Slavnic -anuló a Brabender y sumó 32 puntos- no fue suficiente para contrarrestar ese dominio reboteador que una vez más resultó decisivo en baloncesto.El Madrid planteó su partido a base de una defensa individual. Corbalán no podía con Slavnic; Iturriaga aburría a José María Margall, que a los catorce minutos se retiraba al banquillo con dos puntos en su haber; Brabender perdía en su pugna con Fernández, y Rullán y Meister ganaban fácilmente su batalla con Santillana y Filbá. Ahí estuvo la clave del partido, porque además, Meister cuajó una soberbia actuación que de momento vino a dejar en buen lugar a Lolo Sainz, protagonista de un cambio de americano impopular. Trabajó en defensa y en los rebotes, y además hizo treinta puntos, todo ello facilitado por la nefasta actuación de Santillana y Filbá, que no solamente no saben «buscar trabajo» en una cancha de baloncesto, sino que juegan a un ritmo impropio -especialmente el primero- del basket de hoy.

Acertó Serra al poner a Slavnic sobre Brabender y a Fernández con Corbalán. El yugoslavo defendió impecablemente al madridista, que a los dieciséis minutos sólo había hecho dos puntos y fue al banquillo. Esto, unido a que el base verdinegro sumaba puntos en ataque y daba «asistencias» a sus compañeros hacía que el marcador se mantuviese igualado y tan sólo dos fallos absurdos de los catalanes permitieron al Madrid llegar con ventaja al descanso.

El segundo tiempo no fue mas que una continuación. Poco cambiaron las cosas y la falta de banquillo apuntilló al Juventud.

Archivado En