Baloncesto

Los árbitros recusan a los clubs

El baloncesto es el único deporte en España en el que los árbitros pueden recusar a los clubs. De momento ya se han producido dos casos: el colegiado internacional -considerado el mejor árbitro español- Carlos Bagué se negó arbitrar al Askatuak. También el club donosiarria había recusado a Bagué. Otro árbitro, Bennasar, recusó al Juventud y el Granollers obligó a cambiar los árbitros para su partido con el Estudiantes, ya que no quería que le arbitrase José Angel Gárate, también internacional.

El tema surgió en la última asamblea. Los club propusieron a a presidencia que les concediera ...

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El baloncesto es el único deporte en España en el que los árbitros pueden recusar a los clubs. De momento ya se han producido dos casos: el colegiado internacional -considerado el mejor árbitro español- Carlos Bagué se negó arbitrar al Askatuak. También el club donosiarria había recusado a Bagué. Otro árbitro, Bennasar, recusó al Juventud y el Granollers obligó a cambiar los árbitros para su partido con el Estudiantes, ya que no quería que le arbitrase José Angel Gárate, también internacional.

El tema surgió en la última asamblea. Los club propusieron a a presidencia que les concediera el poder recusar árbitros e inmediatamente los árbitros dijeron que entonces ellos también querían recusar clubs. La Federación, muy poco amiga de cambios y mucho menos de rupturas, se vio entre la espada y la pared y optó por dar gusto a todos con una solución salomónica. De momento suprimía la palabra recusación y la sustituía por recomendación. Así cada árbitro podría «recomendar» a la Española que no quería pitar a determinado club -sólo uno-, y viceversa, los club «recomendarían» a la Federación que un árbitro -sólo se puede hacer con uno- no les arbitrase nunca.La situación es lamentable, porque una vez admitidas las recusaciones -éste es su auténtico nombre y es absurdo disfrazarlo- además hay clasismos. 0 hay recusaciones o no las hay. Parece justo que si los clubs pueden recusar árbitros, éstos puedan recusar clubs, porque en verdad hay canchas a las que un colegiado no tiene por qué volver, dado el comportamiento de público, directivos, jugadores y entrenadores.

Tampoco esto parece importar mucho a la Federación, que con increíble pasividad ha visto cómo un miembro de su junta directiva -precisamente el representante de los clubs de Primera en la Española, José María Puente- se ha permitido el lujo de decir que un árbitro estaba comprado. Y no pasa,nada y el colegio de árbitros no pide una rectificación para, por lo menos, salvar la dignidad

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