El PSUC reconoce en un documento interno las tensiones con la base sindical

El comité ejecutivo del Partit Socialista Unificat de Catalunya (PSUC) adoptó una resolución, aún no hecha pública, pero una de cuyas copias fue obtenida por EL PAIS, en la que aborda de forma muy esclarecedora las graves tensiones internas del partido con relación a la base sindical. La resolución se sitúa en el marco de la preparación de la Segunda Conferencia Nacional del PSUC, dedicada precisamente al movimiento obrero, convocada para los días 8, 9 y 10 de diciembre.«Todos los militantes (del PSUC) que trabajan en el sindicato -afirma el informe- tienen la obligación de hacer vida política...

El comité ejecutivo del Partit Socialista Unificat de Catalunya (PSUC) adoptó una resolución, aún no hecha pública, pero una de cuyas copias fue obtenida por EL PAIS, en la que aborda de forma muy esclarecedora las graves tensiones internas del partido con relación a la base sindical. La resolución se sitúa en el marco de la preparación de la Segunda Conferencia Nacional del PSUC, dedicada precisamente al movimiento obrero, convocada para los días 8, 9 y 10 de diciembre.«Todos los militantes (del PSUC) que trabajan en el sindicato -afirma el informe- tienen la obligación de hacer vida política regular. Se ha dado el fenómeno, muy extendido, de dirigentes sindicales que consideran que su actividad en el sindicato ya es políticamente válida.» El informe se refiere también a «la actuación de algunos dirigentes sindicales, que ante las dificultades de la situación en el país pretenden resolver lagunas en los planteamientos y en la actividad del partido o en las propias incomprensiones o desacuerdos de estos militantes con la política del partido, a través de -en lugar de fortalecer su aportación y su militancia en el partido- hacer jugar al sindicato un papel de sustitución del partido».

Más adelante el informe agrega: «Los desacuerdos con la política del partido se expresan en la intencionalidad de dar al sindicato, a sus planteamientos y a la actuación de sus cuadros, una globalidad y una cohesión orientada a constituir el sindicato como elemento de presión con el objetivo de salvar o corregir el partido.» Manifiesta también el informe que la «inhibición del partido hacia el sindicato ha llevado en algunas localidades al recelo mutuo entre el comité local del partido y el secretariado de CCOO, aun estando éste dirigido por comunistas. Recelos que, en algunos casos, han ido más allá y se han transformado en rivalidad y en una cierta guerra de atribuciones y disputa de poder».

Todo este análisis guarda una relación directa con el absoluto predominio de la tendencia leninista del PSUC en la dirección de las CCOO catalanas y con las recientes derrotas sufridas por la tendencia antagónica, la bandera blanca o socialdemócrata, en el seno del movimiento obrero. El informe citado recoge en gran parte la argumentación propia de los bandera blanca. Estos consideran que los leninistas desean utilizar a las CCOO como factor de presión contra la línea política del PSUC. Por su parte, los leninistas manifiestan el deseo de querer evitar que las discrepancias ideológicas existentes dentro del partido se trasladen al seno de las CCOO.

Los leninistas opinan que ante el descalabro sufrido por los bandera blanca en el Bajo Llobregat, en la factoría SEAT en Tarragona y en el ramo del metal -que eran los pocos sectores obreros en que hasta ahora los bandera blanca tenían alguna presencia- estos últimos generaron una serie de informaciones de prensa que, según los leninistas, constituían «un llamamiento de ayuda efectuado por los bandera blanca en dirección a Santiago Carrillo».

El documento del comité ejecutivo del PSUC representa un toque de atención a los leninistas, promovido, desde luego, por el sector antagónico. Curiosamente, este toque de atención se produce después de que, durante los últimos meses, la dirección eurocomunista del PSUC se apoyara preferentemente en los leninistas, cuya importancia no ha dejado de aumentar.