Noventa cargos en disputa en el I Congreso de UCD

La ejecutiva de Unión de Centro Democrático celebrará, la próxima semana, su última reunión antes del primer congreso del partido, donde tendrá que presentar su dimisión y ser elegida una nueva ejecutiva. El congreso tiene la posibilidad de elegir a 91 cargos, en tres listas diferentes: una de treinta miembros, para la nueva ejecutiva; otra de sesenta, para el consejo político; y aún habrá de elegir al presidente, en votación individual para este puesto en concreto. El secretario general no es cargo electivo.Los problemas ideológicos internos parecen cada vez menos acusados, y las tensiones qu...

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La ejecutiva de Unión de Centro Democrático celebrará, la próxima semana, su última reunión antes del primer congreso del partido, donde tendrá que presentar su dimisión y ser elegida una nueva ejecutiva. El congreso tiene la posibilidad de elegir a 91 cargos, en tres listas diferentes: una de treinta miembros, para la nueva ejecutiva; otra de sesenta, para el consejo político; y aún habrá de elegir al presidente, en votación individual para este puesto en concreto. El secretario general no es cargo electivo.Los problemas ideológicos internos parecen cada vez menos acusados, y las tensiones que puedan presentarse en la disputa por esos puestos tienen una raíz eminentemente regional. Aparte del hecho de que UCD va a constituir sus aparatos en base a la organización regional -como elemento de sustentación del partido en cada una de las futuras comunidades autónomas de España-, las representaciones regionales, y aun las provinciales, probablemente pugnarán por obtener el máximo de puestos directivos en el partido. El arbitraje del presidente, Adolfo Suárez, será capital a la hora de evitar un exceso de tensiones.

Distintas fuentes centristas piensan que, con independencia de los problemas internos que puedan presentarse, el congreso ha de tener dos efectos políticos principales: confirmar el liderazgo de Adolfo Suárez, como respaldo a su tarea política y elemento de continuidad en la presidencia del Gobierno, y conseguir una extensión y penetración cada vez mayores del aparato del partido centrista, de forma que sea capaz de dar la réplica a los partidos Socialista y Comunista en cuanto a maquinaria.

De hecho, el proyecto de estatutos configura a UCD en forma sensiblemente parecida a la articulación de los dos partidos antes citados, con la particularidad de que refuerza notablemente los poderes del presidente e introduce la novedad de un «consejo regional», aunque sus funciones no están muy precisadas.

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