Se culpa a Patrese y al director del circuito en el accidente de Monza

El piloto italiano Ricardo Patrese, revelación este año en la fórmula 1, y el director del Gran Premio de Italia, disputado el domingo en el circuito de Monza y en el que perdió la vida el sueco Ronnie Peterson, fueron citados ayer por el juez que se ocupa del caso en Milán. El primero, por homicidio culposo y, el segundo, por haber dado la salida de forma apresurada e irresponsable. Son las dos decisiones más destacadas tomadas por la magistratura italiana en medio de la ola de polémicas tras el desgraciado accidente.

Patrese, que tiene veinticuatro años y vive en Padua, ha saltado est...

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El piloto italiano Ricardo Patrese, revelación este año en la fórmula 1, y el director del Gran Premio de Italia, disputado el domingo en el circuito de Monza y en el que perdió la vida el sueco Ronnie Peterson, fueron citados ayer por el juez que se ocupa del caso en Milán. El primero, por homicidio culposo y, el segundo, por haber dado la salida de forma apresurada e irresponsable. Son las dos decisiones más destacadas tomadas por la magistratura italiana en medio de la ola de polémicas tras el desgraciado accidente.

Patrese, que tiene veinticuatro años y vive en Padua, ha saltado este año a la fórmula 1 con algunos buenos resultados, pero también ha sido el protagonista de numerosos accidentes, lo que le ha valido la fama de piloto irreflexivo y carente de escrúpulos en relación con los otros pilotos. Durante la actual temporada Patrese se salió de la pista en el Gran Premio de Alemania, tuvo un accidente en la salida del de Austria, chocó con el francés Pironi en la primera vuelta del de Holanda y embistió a James Hunt en Monza, lo que provocó, fundamentalmente, la tragedia.El magistrado interrogará también a los pilotos Hunt y Regazzoni. Este último, al igual que otros compañeros, formuló graves acusaciones contra la seguridad de la pista de Monza y la irregularidad de la salida. La policía ha procedido ya al secuestro de los autos involucrados en el accidente y de la película de televisión. El circuito ha sido clausurado.

Por otra parte, la polémica no ha cesado y los médicos italianos que operaron a Peterson se «defendieron» (?) ayer de las durísimas acusaciones de la prensa sueca sobre lo inadecuado de operar al piloto en el estado tan débil en que se encontraba. Uno de ellos sólo dijo que las embolias gaseosas son previsibles en fracturados múltiples y que una lluvia de ellas, llevadas por la sangre a pulmones y cerebro, provocó su muerte. Además, añadió, el piloto sueco tenía los pulmones seriamente aféctados por el gas de la gasolina quemada y que por eso no le pudieron intervenir con anestesia muy prolongada.

Mejoría de Brambilla

El estado de salud de Vittorio Brambilla, el otro piloto gravemente herido en el accidente, continúa mejorando, declaró ayer un médico del hospital de Niguarda de Milán, donde se encuentra internado.

Por su parte, la esposa del fallecido Ronnie Peterson, Barbra, formuló ayer gravísimas acusaciones, en el diario romano Vita, contra la pista de Monza, la salida dada por el director del circuito y también contra los médicos del hospital Niguarda milanés, donde fue atendido y falleció su marido. La señora Peterson declara que Monza es un circuito maldito y que por eso había preferido no asistir al Gran Premio de Italia junto a su esposo.

Barbra Peterson responsabilizó en gran parte por todo lo sucedido al director de la pista Gianni Restelli, por dar la salida sin que los bólidos estuviesen parados totalmente: «Quedé estupefacta cuando vi c6ino había ordenado la salida y me pregunté si se habría vuelto loco.»

En cuanto a los médicos que operaron a su marido, insistió en que no se explicaba cómo había podido morir si era fuerte como un paquidermo y, en definitiva, no tenía más que fracturas. Precisamente. por las dudas sobre la eficiencia de dichos médicos la magistratura también ha ordenado la autopsia del piloto desaparecido.

Finalmente, Niki Lauda hizo también ayer unas declaraciones al diario alemán Die Welt, en las que califica las medidas adoptadas en Monza el domingo como más desafortunadas que las de agosto de 1976 en Nurburgring, cuando el austriaco sufrió el accidente que estuvo a punto de costarle la vida.

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