La Federación no fomenta el deporte

Justo cuando un piloto español se ha proclamado campeón del mundo de motoclismo, se ha puesto de manifiesto la casi nula promoción que de este deporte hace la Federación Española. Las carreras de velocidad reservadas a pilotos junior brillan por su ausencia. Por esa razón, un grupo de entusiastas de este deporte han organizado un campeonato para estos jóvenes debutantes, poniendo al descubierto, una vez más, la ineficacia federativa.El trofeo, compuesto por tres carreras -dos de ellas en el circuito de Calafat y la otra en el del Jarama-, dará comienzo hoy domingo en el circuito catalán...

Justo cuando un piloto español se ha proclamado campeón del mundo de motoclismo, se ha puesto de manifiesto la casi nula promoción que de este deporte hace la Federación Española. Las carreras de velocidad reservadas a pilotos junior brillan por su ausencia. Por esa razón, un grupo de entusiastas de este deporte han organizado un campeonato para estos jóvenes debutantes, poniendo al descubierto, una vez más, la ineficacia federativa.El trofeo, compuesto por tres carreras -dos de ellas en el circuito de Calafat y la otra en el del Jarama-, dará comienzo hoy domingo en el circuito catalán. Promovido y patrocinado por una revista catalana dedicada a las dos ruedas y por un fabricante importador de cascos, la acogida por parte de los junior españoles ha sido masiva, registrándose más de trescientos inscritos.

Una vez organizado y puesto en marcha este trofeo de promoción, la Federación española parece que, por fin, va a interesarse en el mismo, aportando una pequeña parte de su elevadísimo presupuesto anual. Lo extraño de todo esto es que tengan que ser precisamente unos entusiastas, y no la propia Federación, los que fomenten y promuevan el deporte, cuando esto es una esencial obligación de la misma, según dispone la ley General del Deporte. ¿De qué sirve contar con hombres de la talla de Nieto y Tormo si no, se fomentan sus continuadores? Habrá que decir, como Ortega, que el que España cuente con figuras a este nivel, más que un orgullo es una vergüenza.