Uruguay y España aburrieron al público

Mala impresión produjo España en su primer partido en tierras americanas. Tanto la selección de Kubala como la de Uruguay aburrieron al público. El partido rinalizó sin goles, porque no hubo apenas jugadas de mérito en ninguna de las dos áreas. España mostró un esquema confuso y bastantes errores de individualidad, acaso porque losjugadores se encontraban faltos de sitio. Lo único que salvó algo el espectáculo fueron las acciones individuales del extremo uruguayo Alzamendi, que puso en apuros a De la Cruz y Uría, que le marcaronun tiempo cada uno.Causó buena impresión España en los primeros di...

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Mala impresión produjo España en su primer partido en tierras americanas. Tanto la selección de Kubala como la de Uruguay aburrieron al público. El partido rinalizó sin goles, porque no hubo apenas jugadas de mérito en ninguna de las dos áreas. España mostró un esquema confuso y bastantes errores de individualidad, acaso porque losjugadores se encontraban faltos de sitio. Lo único que salvó algo el espectáculo fueron las acciones individuales del extremo uruguayo Alzamendi, que puso en apuros a De la Cruz y Uría, que le marcaronun tiempo cada uno.Causó buena impresión España en los primeros diez minutos, con un juego fogoso y rápido que le permitió dominar ampliamente a Uruguay. El pressing en la media no conseguía ser superado por los uruguayos, que apenas podían pasar de medio campo. España estuvo en posesión del balón de forma casi permanente, y Dani, con presencia en todos los puestos de la delantera, y Rubén Cano, buscando siempre el desmarque, parecían constituir una amenaza continua de gol, a pesar de que Rexach aparecía por entonces muy aislado en la banda.

Pero fue sólo una apariencia. Uruguay, equipo cómodo, como se esperaba, con pocas ganas de correr, tuvo que echarle sacrificio a la cosa para no verse desbordado ante su propio público. Y en cuanto lo hizo, en cuanto puso ardor en las peleas cuerpo a cuerpo, se sacudió el dominio de España. Entonces armó su juego con cierta soltura, y aunque en él hubo siempre la parsimonía que le caracteriza, Fuso a prueba con frecuencia el sI.sterna defensivo español, que ne salió muy airoso. En especial, preocupó la facilidad con que Alzamendi -un extremo hábil y de buenas condiciones técnicas, eso sí, se escapaba de De la Cruz. Morena, moviéndose hacia la banda derecha y entrando después en diagonal abrió frecucrites huecos, que con un poco más de rapidez y de deseo de buscar el gol por parte de sus compaPleros de la medía podrían haber sido aprovechados.

Por lo que respecta al ataque, poco pudo hacer España a partir de ese despeiezamiento uruguayo. Rubén Cano buscaba posiciones de desmarque, pero inútilmente. Dani y Rexach se retrasaban para ayudar en el trabajo de construcción a Dani Asensi y Leal, pero de nada servía más que para crear una superpoblación en la media de la que no podía salir nada positivo. Leal no mostró esta vez su claridad de ideas de otros partidos, Guzmán confirmó que es un trabajador sin mejores virtudes que esa, y Asensi tampocor supo imponer orden. Con ello, el fútbol de España en la primera mitad fue aburrido y torpe y el poco espectáculo que hubo lo puso Uruguay, más por su buena técnica, en las individualidades que por su categoría.

Kubala introdujo varios cambios en la segunda parte: Arconada por Miguel Angel; Uria por San José, aunque el gijonés se colocó como lateral izquierdo, mientras De la Cruz pasaba a la derecha; Quini por Leal; Santillana por Rubén Cano y Marañón por Dani, con lo que Rexach pasaba a la banda derecha para dejar en la izquierda al españolista. Como al principio del partido, Españajugó unos buenos minutos, con furia, cierta alegría en sus acciones y frecuentes intentos de profundizar a los que se sumaban bastantes hombres. Uruguay se desconcertó algo, pero en los últimos metros los ataques españoles fueron siempre alocados y por ello inefectivos. Sólo hubo una buenajugada, con lanzamiento de Rexach a Santillana por detrás de la defensa, que éste recogió para marcar, pero el tanto fue anulado por fuera de juego. Pero, como en la primera parte, Uruguay recompuso su juego, anuló las iniciativas españolas y volvió a mandar. Como en el primer tiempo, sus mejores jugadas vinieron siempre por el extremo derecho, Alzamendi, ante quien también Uría pasó grandes apuros. Pero tampoco en el segundo tiempo Uruguay supo profundizar con peligro y el partido, entre el aburrimiento general, finalizó sin goles.

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