Rojo y Aguirre firmaron una paz ficticia

El diálogo ha sido la solución al «caso Rojo-Aguirre». Al menos es lo que dijo Duñabeitia -presidente del Athletic de Bilbao- al término de una conversación con entrenador y jugador, que se prolongó más de tres horas. Y para que todos quedáramos convencidos, los fotógrafos inmortalizaron un apretón de manos -quizá más para la galería que real- entre ambos protagonistas. Aquí no ha pasado nada. Rojo ha vuelto a los entrenamientos y Aguirre, palabras textuales de Duñabeitia- «sigue como máximo y único responsable».La tensión Rojo-Aguirre nació a partir del partido disputado la pasada semana en e...

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El diálogo ha sido la solución al «caso Rojo-Aguirre». Al menos es lo que dijo Duñabeitia -presidente del Athletic de Bilbao- al término de una conversación con entrenador y jugador, que se prolongó más de tres horas. Y para que todos quedáramos convencidos, los fotógrafos inmortalizaron un apretón de manos -quizá más para la galería que real- entre ambos protagonistas. Aquí no ha pasado nada. Rojo ha vuelto a los entrenamientos y Aguirre, palabras textuales de Duñabeitia- «sigue como máximo y único responsable».La tensión Rojo-Aguirre nació a partir del partido disputado la pasada semana en el Manzanares, en el que Aguirre no alineó al jugador más que en los últimos minutos del partido. Eso hizo que Rojo se negara a integrar el grupo de concentratados para el encuentro del último domingo, ante el Burgos. La impresión general es que, al no haber existido sanción para el jugador, Aguirre ha quedado desautorizado.

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