García Carrés: "Nuestro sindicato no fue el «homicida» de serenos"

Juan García Carrés, ex presidente del desaparecido sindicato de actividades diversas, replica en un artículo publicado en La Vanguardia, de Barcelona, a otro del columnista Augusto Assía. aparecido en el Ya de Madrid. El señor García Carrés afirma que el sindicato que presidió no fue el homicida de serenos, que hizo desaparecer este cuerpo de las ciudades españolas, como acusa el señor Assía, sino. simplemente, intentó cambiar la propina por un sueldo fijo.En la larga carta del señor García Carrés se dice, entre otras cosas: «El cometido de la Agrupación Nacional de Sereno...

Juan García Carrés, ex presidente del desaparecido sindicato de actividades diversas, replica en un artículo publicado en La Vanguardia, de Barcelona, a otro del columnista Augusto Assía. aparecido en el Ya de Madrid. El señor García Carrés afirma que el sindicato que presidió no fue el homicida de serenos, que hizo desaparecer este cuerpo de las ciudades españolas, como acusa el señor Assía, sino. simplemente, intentó cambiar la propina por un sueldo fijo.En la larga carta del señor García Carrés se dice, entre otras cosas: «El cometido de la Agrupación Nacional de Serenos era vigilar los intereses de los serenos y vigilantes. En una larga entrevista que mantuve con sus representantes se puso de manifiesto su angustiosa situación laboral. El sereno recibía una credencial del Ayuntamiento, continuaba teniendo la consideración de agente de la autoridad, un reglamento especificaba sus obligaciones, no percibían sueldos y mal vivían con las propinas que voluntariamente les daban los vecinos. Al carecer de salario no tenían seguridad social.»

Continúa el señor García Carrés diciendo que el sindicato que presidió realizó una profunda campaña para la reivindicación social y profesional de los serenos. «Tras tres largos años de lucha sindical, en los que hicimos toda clase de negociaciones, presentando incluso una proposición de ley en las Cortes firmada por más de trescientos procuradores, en la que se solicitaba la puesta en marcha de los acuerdos de nuestras asambleas, el Gobierno, mediante un decreto, reconocía el derecho de los serenos a percibir salarlos y seguridad social.»

Concluye el señor García Carrés: «No creo que el señor Assía haya estado muy afortunado al calificar a nuestro sindicalismo de homicida de serenos. No es homicidio cambiar la propina por el sueldo. Nuestro sindicalismo, el de la época de Franco, trabajó mucho para el entendimiento entre trabajadores y empresarios. Le puedo asegurar, señor Assía, que de continuar la gran confusión laboral que hay en estos momentos en España. los actuales sindicatos harán buenos incluso nuestros defectos y errores, que sin duda los tuvimos.»