Los dirigentes económicos muestran su preocupación

La inflación, los acentuados desequilibrios exteriores de los países industrializados o en vías de desarrollo y el paro son los tres fantasmas de la economía mundial aludidos en las primeras intervenciones de la XXXII Asamblea Anual del Fondo Monetario Internacional, inaugurada en Washington.Los tres dirigentes del FMI y el Banco Mundial, el titular de la junta de gobernadores, Georges Colein, viceprimer ministro de Irlanda; el presidente del Banco Mundial, Rober McNamara, y el director ejecutivo del Fondo, Johanes Wittewen, dedicaron buena parte de sus intervenciones en la jornada inaugur...

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La inflación, los acentuados desequilibrios exteriores de los países industrializados o en vías de desarrollo y el paro son los tres fantasmas de la economía mundial aludidos en las primeras intervenciones de la XXXII Asamblea Anual del Fondo Monetario Internacional, inaugurada en Washington.Los tres dirigentes del FMI y el Banco Mundial, el titular de la junta de gobernadores, Georges Colein, viceprimer ministro de Irlanda; el presidente del Banco Mundial, Rober McNamara, y el director ejecutivo del Fondo, Johanes Wittewen, dedicaron buena parte de sus intervenciones en la jornada inaugural a ratificar los pronósticos de cauteloso optimismo con respecto al devenir futuro de la economía mundial.

Como ya se puso de manifiesto en la reunión ejecutiva de abril, los dirigentes del Fondo Monetario Internacional consideran necesario incrementar las disponibilidades líquidas del organismo, siempre bajo el estricto criterio de que el Fondo y sus órganos, con especial mención del Banco Mundial, preserven su carácter de factor redistributivo de los recursos mundiales. También se formularon serias advertencias contra las tentaciones proteccionistas, ya que si bien pueden estar justificadas por los crecientes niveles de paro, no es menos cierto que pueden poner seriamente en peligro las aspiraciones de aquellas naciones que en base a su industria de manufactura han, iniciado el camino hacia el desarrollo. Colein, viceprimer ministro de Irlanda, país que puede hallarse en tal caso, fue tremendamente contundente al respecto.

Con todo, el trasfondo de esta asamblea estriba en el papel de aquellos países con mayores disponibilidades financieras, es decir, los productores de petróleo. Los miembros de la OPEP se muestran, en general, recelosos ante la demanda de los industrializados para que financien de alguna manera los déficit exteriores de las naciones del Fondo que sus pretensiones, de elevación en los precios de los crudos han producido. No hay que olvidar, de un lado, que excepto, Arabia Saudita, cuyos excedentes monetarios son considerables, los países árabes han cuestionado su futuro en costosos y siempre bien articulados planes de desarrollo, por lo que sus disponibilidades reales aparecen notablemente mermadas.

Por otra parte, los tenedores de petrodólares son conscientes de que con la actual estructura del Fondo es muy difícil contar con el suficiente peso específico a la hora de las decisiones. Este poder está, por ahora, reservado a Estados Unidos, anfitrión en esta ocasión de los 4.000 delegados de 130 países presentes en la capital federal. Sin embargo, estos recelos pueden tender a disiparse en sucesivas sesiones si, como parece, las insinuaciones de Wittewen en el sentido de que acaso sea conveniente reestructurar el Fondo Monetario Internacional y sus órganos resultan ser algo más que simples palabras.