Volvió a defraudar el Rayo

El Rayo sigue sin encontrar su puesta a punto ideal. El domingo fue batido claramente por un Getafe que se mostró superior en juego de conjunto, en remate y en sentido de la verticalidad. Si se tiene en cuenta que el Getafe no es equipo pródigo en crear situaciones de gol, el dos a cerco debe servir de nuevo aviso al Rayo, que tiene el domingo su primer compromiso serio de la temporada: el Cádiz.El encuentro jugado en Las Margaritas, con una aceptable afluencia de público, volvió a poner de manifiesto los defectos que aún tiene el conjunto rayista. Defectos que se acrecientan y se vislumbran m...

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El Rayo sigue sin encontrar su puesta a punto ideal. El domingo fue batido claramente por un Getafe que se mostró superior en juego de conjunto, en remate y en sentido de la verticalidad. Si se tiene en cuenta que el Getafe no es equipo pródigo en crear situaciones de gol, el dos a cerco debe servir de nuevo aviso al Rayo, que tiene el domingo su primer compromiso serio de la temporada: el Cádiz.El encuentro jugado en Las Margaritas, con una aceptable afluencia de público, volvió a poner de manifiesto los defectos que aún tiene el conjunto rayista. Defectos que se acrecientan y se vislumbran más claramente cuando se observa su impotencia adelante, aunque la Liga no ha comenzado todavía, mucho habrá de cambiar el Rayo la mentalidad de sus hombres si quieren romper el pronóstico que les asigna el papel de víctimas en Primera.

La defensa, pese a todo, mantiene su alto nivel de conjunción. Anero, Uceda, Tanco -sobre todos- y Luna constituyen la mayor baza del Rayo. Lo que sucede es que a este cuarteto se le unió Nieto, con lo que la línea sumó un hombre más, en detrimento de la acción ofensiva. En el centro del campo actuaron Landáburu, Francisco y Fermín, con el apoyo de Rial. Y en punta, en solitario, Salazar. El hombre no pudo forzar nunca su habilidad, en parte por su soledad y en parte por el marcaje del rubio Amunárriz, especialista consumado en este tipo de juego. Unicamente al comienzo, con las únicas acciones de Landáburu, el Rayo dio sensación de «estar» en el campo. Pero el ex vallisoletano está a tono con el equipo y vuelve pronto a pasar inadvertido.

En la segunda parte, Héctor Núñez, al igual que su colega Segura, introdujo sustanciosos cambios. El Rayo mejoró algo en su aspecto ofensivo, con la salida de Alvarito y González, aparte de Marián, un chico prometedor que ve la jugada: de él fue el remate al larguero que pudo valer la igualada. Pero el Getafe no perdió nada con los hombres que jugaron en la segunda parte, y siguió imponiendo su mejor sentido en el campo.

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