Baloncesto

El nuevo sistema de Copa fracasará otra vez

La última asamblea de baloncesto aprobó un sistema de Copa que difiere totalmente del adoptado en la pasada temporada, pero no durará mucho más que el anterior, porqúe la competición resultará tan monótona y aburrida que su nacimiento coincidirá con su final de forma simultánea.El torneo, que debería ser del KO, pero que dista mucho de serlo, se iniciará el 23 de octubre en su fase preliminar y finalizará el domingo inmediatamente anterior al comienzo de la Liga, es decir, el 13 de noviembre. A diferencia de lo que la Federación proponía -intervención de los clubs de Primera, Segunda y Tercera...

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La última asamblea de baloncesto aprobó un sistema de Copa que difiere totalmente del adoptado en la pasada temporada, pero no durará mucho más que el anterior, porqúe la competición resultará tan monótona y aburrida que su nacimiento coincidirá con su final de forma simultánea.El torneo, que debería ser del KO, pero que dista mucho de serlo, se iniciará el 23 de octubre en su fase preliminar y finalizará el domingo inmediatamente anterior al comienzo de la Liga, es decir, el 13 de noviembre. A diferencia de lo que la Federación proponía -intervención de los clubs de Primera, Segunda y Tercera- se ha impuesto, por negativa de los segundas que, como siempre, sólo participen los de la máxima categoría.

Se iniciará con una competición larguisima en tres grupos por separado, con cabezas de serie en cada uno, que serán: Real Madrid, Barcelona y Juventud. Los demás entrarán por proximidad geográfica. La disputa será todos contra todos, empezando los viernes de cada semana y terminando el domingo. Una semana en la cancha de cada equipo. Al final se computarán victorias y puntos obtenidos por cada equipo en los cuatro torneos y de ahí saldrá una clasificación que dará a los dos primeros de cada grupo el pase a cuartos de final. Así, serán seis los equipos que entren en la siguiente fase. Los dos restantes, para completar el cupo de ocho, saldrán de la clasificación final de la Liga. Serán los dos primeros clasificados en la misma y no calificados en la fase previa.

El sistema, aunque se ha pensado con la mejor intención, no cabe duda que no aporta ningún beneficio de espectáculo, ya que a competición larga los «grandes» son muy superiores a sus rivales y la lucha se va a centrar, como siempre, por los segundos puestos. El régimen de concentración continua a que se somete a los equipos, aun antes de iniciarse la Liga, no parece adecuado, ya que se les obliga ajugar tres partidos en tres días, y así, durante cuatro semanas. Por otra parte, los más perjudicados y, al tiempo, los más beneficiados, son los fuertes.

Perjudicados, primero, por el apretado programa de verano y pretemporada de sus jugadores en competiciones internacionales. El Real Madrid, por ejemplo, va a tener metidos en competición a sus jugadores prácticamente desde este mismo mes. Primero, con la concentración de Díaz-Miguel, luego, con el Europeo de Bélgica y, a su regreso, casi de inmediato, la Copa Internacional, para empezar de corrido con el aberrante sistema de Copa.

Beneficios, después, como en el caso madridista, porque con mandar a los juniors a jugar la fase previa de la Copa lo tiene todo solucionado. Que se clasifican, pues bien. Que no lo consiguen, entonces la plantilla titular tiene asegurada una de las dos plazas que se disputan por la clasificación liguera. Los cuartos de final los pasarán fácilmente, porque se sigue con el sistema de cabezas de serie y, en semifinales, ¡por fin!, aparece la Copa con el sorteo puro. A esas alturas mala suerte sería que la final no fuera la de siempre.

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